El equipo del doctor Manuel Casal, jefe del servicio de Microbiología del hospital Reina Sofía de Córdoba, ha validado en pacientes una técnica, original de una empresa alemana, que diagnostica la tuberculosis en un solo día y determina si ofrece resistencia a dos de los fármacos empleados en el tratamiento de ésta. Este laboratorio cordobés está considerado por la Junta de Andalucía como de Referencia para el Estudio de la tuberculosis, cuyo día internacional se celebra el 24 de marzo.
“Un paso importante para atajar esta patología es dar un diagnóstico rápido”, asegura el jefe del servicio de Microbiología del hospital cordobés, Manuel Casal, cuyo grupo de trabajo ha logrado validar una técnica genética, de microbiología molecular, capaz de detectar en un día o a lo sumo dos, si un paciente tiene tuberculosis y las mutaciones de resistencia a la rifampicina e isoniazida, dos de los medicamentos utilizados para tratar la enfermedad. “Cuanto más tiempo transcurra una persona sin saber que padece la enfermedad más personas pueden resultar infectadas”.
El doctor cordobés manifiesta que con esta técnica no se busca la bacteria viva, sino el componente más importante de ésta, el ácido nucleico, dentro del cual se indagan unos genes “que nos indican una mutación de resistencia”. “Esto nos permite ser muy rápidos. Así, directamente, y sin tener que realizar los cultivos, se le aplica el test a un paciente con la sospecha de la patología. En este test se enfrentan unos reactivos con otros, lo que nos marcará si existe la enfermedad”. Gracias a este sistema “se puede averiguar en el mismo día, mientras que con las técnicas anteriores el plazo mínimo era de 15 días”.
Actualmente, esta técnica validada por los doctores cordobeses, incide el doctor cordobés, ya se utiliza en grandes laboratorios especializados de grandes hospitales o centros de investigación que conocen bien el tema.
Entre 15 días y un mes para el diagnóstico
Hasta ahora, las resistencias a la tuberculosis se detectaban mediante el empleo de medios sólidos, medios de cultivo donde crecía la micobacteria (Mycobacterium tuberculosis), en una operación que tardaba un mes. Después se enfrentaba a distintas diluciones de fármacos y se determinaba si la bacteria era sensible o resistente a los mismos. Además, este proceso, según el doctor Casal, contaba con el riesgo de la contaminación, se estropeaba o podía contagiar, por lo que era necesario trabajar en cabinas de seguridad en el laboratorio.
También se utilizan medios líquidos en lugar de sólidos para que crezca la bacteria, cuya duración es de 15 días, pero este proceso requiere también de grandes medidas de seguridad. Así hasta llegar a la técnica actual, que sólo tiene un pero ya que, de momento, se ha probado con dos fármacos de los cinco de primera línea con los que se puede tratar la patología. “Habrá que generalizarlo a nivel mundial y extenderlo al resto de fármacos”.
Esta enfermedad, causada por la Mycobacterium tuberculosis se trata con cinco medicamentos de primera línea, y cinco de segunda, que sustituyen a los primeros, en caso de que el paciente presente resistencia a ellos. Se propaga a través del aire de una persona a otra y el tratamiento mínimo es de seis meses.