Un equipo de biólogos marinos de la Universidad de Exeter (Inglaterra) e ingenieros han compuesto una versión acuática de la famosa canción navideña Jingle Bells con el sonido que hacen los peces payaso (Amphiprion ocellaris) y otras especies marinas, como el cangrejo o el caballito de mar, en el acuario londinense Sea Life. La mezcla se ha hecho en los célebres estudios de Abbey Road.
WATCH: Fish noises at the SEA LIFE London Aquarium recorded and set to Christmas music at the famous Abbey Road studios pic.twitter.com/3aHHMnYzxK
— NBC News World (@NBCNewsWorld) December 20, 2019
Para registrar las grabaciones previas de los animales marinos, los expertos utilizaron un equipo capaz de detectar las ondas sonoras bajo el agua. Emplearon hidrófonos (transductores de sonido a electricidad que pueden ser usados en agua) para escuchar a los 300 peces payaso del acuario, según publica la web de divulgación I Fucking Love Science.
Los expertos reunieron ruidos de graznidos, estallidos y ronroneos cuando los individuos intentaban mostrar su dominancia sobre los demás. También registraron una ‘discusión’ entre los cangrejos en la que los adversarios aparentemente competían por comida.
Finalmente, uno de los dos hizo un sonido 'de trompeta', señalando su rendición. Además, recopilaron también los chasquidos que hacen los caballitos de mar al engullir ruidosamente la comida, así como un continuo gruñido de un pez ballesta (Rhinecanthus aculeatus).
Aunque la mayoría de la gente piensa que los peces no tienen capacidad de emitir sonidos con los que comunicarse, Steve Simpson, profesor de la Universidad de Exeter y líder de la investigación, dice que el sonido es crucial para muchas especies acuáticas. “Hay muchas razones por las que los peces hacen ruido, incluyendo la defensa de los territorios, la advertencia contra los depredadores y durante el cortejo”, explica.
“El sonido juega un rol importante en la salud de nuestros océanos y tenemos curiosidad por saber cómo las diversas especies de peces utilizan el lenguaje para comunicarse entre sí o, al menos, encontrar a tiempo un pez que tuviera un rango vocal como Mariah Carey para la Navidad”, contaba James Wright, comisario de exposiciones del acuario SEA LIFE de Londres.
Durante la última década, Simpson y sus colegas han proporcionado la primera demostración clara de que la etapa de asentamiento de numerosas especies de peces de los arrecifes de coral sienten atracción por los sonidos de los arrecifes y que establecen una conexión con estos sonidos en una fase muy temprana de su desarrollo.
Los embriones de pez payaso, por ejemplo, responden a los ruidos desde los tres días de vida. Cuando nacen, la mayoría de las especies pasan de días a semanas creciendo a océano abierto. Cuando llega el momento de establecerse en un arrecife, estos se sienten atraídos por los sonidos que experimentaron como embrión, ya que fue un lugar donde sus padres pudieron vivir y reproducirse con éxito.
Otras investigaciones posteriores realizadas por Simpson y sus colegas encontraron que los peces de arrecife adultos también se dirigen hacia el ruido del arrecife, seleccionando las frecuencias que son producidas por otros animales.