Una prueba no invasiva que analiza las proteínas en la orina puede identificar a los pacientes en los que el trasplante renal ha fracasado. Según este estudio, que aparecerá en el número de febrero de 2009 del Journal of the American Society Nephrology (JASN), los médicos podrán vigilar con mayor exactitud a los pacientes trasplantados y ajustar los tratamientos inmunosupresores prescritos para evitar el rechazo renal.
Aunque el trasplante renal es el tratamiento de elección para pacientes con enfermedad renal en estado terminal, más del 50% de los trasplantes fracasan con el tiempo. Esto puede ser debido a defectos que surgen en el propio riñón o porque el riñón es rechazado por el sistema inmunitario del receptor. Los pacientes pueden desarrollar trastornos como la fibrosis intersticial y la atrofia tubular o rechazo crónico mediado por anticuerpos, que pueden desembocar en disfunción renal.
Actualmente, es difícil detectar las etapas iniciales de la disfunción renal tras el trasplante y las técnicas de detección requieren biopsias invasivas. Sin embargo, las nuevas herramientas analíticas que detectan las proteínas en los fluidos corporales son muy útiles para detectar la presencia de diversos trastornos médicos.
Un equipo de investigadores, liderado por Luis Quintana, médico del Servicio de Nefrología y Trasplante Renal del Hospital Clínic de Barcelona, se propuso ver si este tipo de técnica podría aplicarse a la detección de trastornos relacionados con la disfunción renal.
Los investigadores estudiaron 50 individuos: 14 pacientes con fibrosis intersticial y atrofia tubular, 18 con rechazo crónico mediado por anticuerpos, 8 receptores de trasplante renal estable y 10 individuos sanos. Se midieron diferentes proteínas en la orina de estos individuos con una técnica de laboratorio denominada “espectrometría de masas”.
Los investigadores observaron diferencias significativas en los perfiles de proteínas en la orina de individuos de los distintos grupos. Y lo que es más importante, tomando como base 14 proteínas diferentes, fueron capaces de identificar correctamente al 100% de los pacientes con fibrosis intersticial y atrofia tubular y a todos los pacientes con rechazo crónico mediado por anticuerpos.
“El análisis proteómico de la orina detectó diferencias entre individuos sanos, receptores de trasplante estables, pacientes con fibrosis intersticial y atrofia tubular y rechazo crónico mediado por anticuerpos, mostrando una excelente correlación clínica”, afirman los autores.
Los hallazgos tienen un gran valor clínico, “aunque son necesarios estudios adicionales más extensos para confirmar estos resultados”. Los análisis de proteínas en orina podrían combinarse con biopsias de riñón después del trasplante para analizar los mecanismos implicados en el desarrollo de la disfunción renal en los pacientes. Esta información podría ser muy útil no sólo para un diagnóstico inicial de la disfunción renal, sino también para su tratamiento y prevención.
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Referencia bibliográfica:
"Urine Proteomics Profiling as an Initial Approach to Detect Biomarkers in Chronic Allograft Dysfunction". Journal of the American Society of Nephrology. 26 NOV 2008 (on line)