Científicos de la Clínica Odontológica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Salamanca han puesto en marcha un proyecto de investigación que busca protocolos de tratamiento para la prevención de las patologías orales que sufren los pacientes de cáncer como consecuencia de las terapias contra esta enfermedad.
Tanto la quimioterapia y la radioterapia pueden provocar mucositis, disgeusia y xerostomía en los pacientes y el objetivo de esta investigación es definir los mejores protocolos posibles para evitar o paliar estos problemas orales que merman aún más la calidad de vida de quienes se enfrentan a una dura enfermedad.
Javier Montero Martín, experto de la Clínica Odontológica, asegura que se trata de un "proyecto novedoso" que intenta valorar el impacto en la calidad de vida de las consecuencias orales de los tratamientos antineoplásicos. "Tanto la quimio como la radioterapia crean problemas sistémicos, que derivan, por ejemplo, en la pérdida de pelo, pero en la boca también provocan graves consecuencias", afirma en declaraciones a DiCYT. Entre ellas está la mucositis, que se caracteriza por la inflamación y la ulceración de la mucosa bucal. Asimisno, se produce una alteración del gusto que técnicamente se conoce como disgeusia. Finalmente, el paciente oncológico suele padecer también xerostomía, una reducción del flujo salivar que produce sequedad de boca y otros problemas haciendo más proclive al enfermo a sufrir infecciones de boca.
De hecho, las personas que están en tratamiento contra el cáncer suelen quejarse más de la boca que de otros efectos secundarios, según los expertos. En los peores casos, estos problemas afectan gravemente a su alimentación y a su capacidad para hablar, señala Javier Montero, que acaba de recibir una ayuda de la Fundación Samuel Solórzano para desarrollar este trabajo a lo largo del próximo año.
Tres protocolos de actuación
Los investigadores han diseñado tres propuestas de tratamiento preventivo. El primero de estos protocolos consiste en una combinación de fármacos para tratar la mucositis, una sobrehidratación del paciente para tratar la disgeusia y un gel para xerostomía. El segundo incluye otras sustancias farmacológicas diferentes para el primer problema, estimuladores salivares para prevenir la disgeusia y para la xerostomía también se utilizarán estimuladores de saliva, pero no farmacológicos, es decir, simples chicles o caramelos.
Finalmente, el tercer protocolo aplica agua salada y crioterapia (aplicación de frío) para la mucositis y otros elementos químicos para los otros dos problemas. Una vez que se obtengan los resultados, se podrá aplicar el mejor protocolo posible entre los pacientes que puedan tener más complicaciones.
"A priori, hay autores que han ido describiendo de forma marginal estos productos y nosotros hemos diseñado esta combinación ", comenta Javier Montero. "El objetivo es ver el impacto en la calidad de vida que tenga el tratamiento antineoplásico de cada uno de estos pacientes y ver si alguno de estos tratamientos logra reducir o prevenir la aparición de las consecuencias", recuerda. Si todo sale bien, su grupo de investigación lograría establecer el protocolo más efectivo.
De aquí a un año se trabajará con 60 pacientes que se someterán a estos tratamientos de forma voluntaria, 20 personas para cada uno de los tres protocolos que recibirán estas terapias semanalmente aplicadas por la investigadora Mónica Lourenço Núñez, especializada en pacientes odontológicos especiales. Al cabo de un año, los científicos esperan tener comunicaciones y publicaciones científicas al respecto.
Pacientes que inician tratamiento
Se trata de pacientes que han iniciado hace poco el tratamiento contra el cáncer o que están a punto de iniciarlo. "Se les hace una exploración previa y se les explica que cuando inicien el tratamiento contra el cáncer convendría mejorar su salud oral porque va a empeorar de forma sistemática al reducirse las defensas y sobre todo la saliva, que es el principal protector", apunta Montero.
Con este proyecto se pretende también monitorizar a los pacientes para analizar mejor cuál es la evolución de su salud bucal a medida que avanza el tratamiento contra el cáncer. Por ejemplo, si aparece una úlcera, "veremos cuándo aparece, cuánto dura y cuánto le molesta", indica el experto. Será una valoración tanto clínica, con seguimiento a través de fotografías, como subjetiva, contando con el punto de vista del paciente.
Los enfermos que padecen en mayor medida estos problemas bucales son los que sufren irradiación en la zona de cabeza y cuello. "La quimioterapia afecta a todo el organismo y produce consecuencias sistémicas, pero la radioterapia en cabeza y cuello produce lesiones específicas en la zona de irradiación y más cuando el cáncer está relacionado con la zona bucal", explica el investigador.
A pesar de todo, no se van a seleccionar pacientes con tipos de cáncer específicos, cualquier paciente que esté sometido a quimio o radioterapia puede ser susceptible de participar. Sin embargo, en el caso de que haya un cierto número de sujetos que participen en la investigación que sufran tumores orales, se distribuirán homogéneamente en cada uno de los tres grupos. Los servicios de Oncología y Radioterapia del Hospital Clínico de Salamanca colaboran con este grupo de investigación poniendo en contacto a investigadores y pacientes.