Un equipo científico internacional colabora en una expedición que permitirá por primera vez el estudio del volcán submarino de El Hierro a bordo de un submarino tripulado. El objetivo de la misión será desentrañar los mecanismos geológicos que influyeron en la formación de las Islas Canarias.
Ayer dio comienzo una nueva expedición en las aguas que rodean al volcán submarino de El Hierro. En esta ocasión, se realizará a bordo del buque alemán Poseidon y el submarino tripulado JAGO.
Durante la campaña, liderada por el GEOMAR Helmholtz Centre for Ocean Research Kiel y en la que participan la Plataforma Oceánica de Canarias, la Universidad de las Palmas de Gran Canaria y el Instituto Español de Oceanografía (IEO), dos científicos españoles podrán observar por primera vez con sus propios ojos el volcán submarino.
Eugenio Fraile, investigador del Centro Oceanográfico de Canarias del IEO y líder del proyecto Vulcano, y Magdalena Santana, catedrática de Química Marina de la ULPGC, han sido los elegidos para descender a bordo del sumergible tripulado JAGO a las aguas cercanas al volcán.
El submarino JAGO, además de “darnos la oportunidad de ver el volcán submarino con nuestros propios ojos”, como explica el investigador de GEOMAR Mark Hannington, permitirá elegir los lugares más importantes para realizar mediciones y tomar muestras.
Entender la actividad geológica
“Uno de los objetivos fundamentales de esta expedición a bordo del JAGO será el estudio de las perturbaciones físico-químicas causadas por la fase de desgasificación, que aún se mantiene activa en el volcán submarino de El Hierro”, explican los investigadores Fraile y Santana.
“Podremos, por primera vez, observar y muestrear en aquellos lugares exactos en los que existe emanación al medio marino de calor, gases y metales”, añaden los expertos.
Además de las inmersiones a bordo del submarino, los científicos tienen como objetivo recuperar unos sismómetros submarinos que instalaron hace un año. Se trata de unos dispositivos llamaos OBS (Ocean Bottom Sismometer) que son capaces de registrar la microsismicidad de la zona con una enorme resolución y precisión.
Una vez se descarguen estos datos, los científicos esperan que el registro de los microsísmos del último año permita conocer la localización del magma en el subsuelo de la isla.
Con este ambicioso proyecto –que se suma a los trabajos realizados por el IEO desde que, en octubre de 2011, comenzase la erupción submarina–, los científicos esperan llegar a comprender los mecanismos que hay detrás de la formación de las islas más “jóvenes” del archipiélago canario.