Una encuesta realizada a 250 embarazadas indica que el 24% de las mujeres no se siente adecuadamente informada por su ginecólogo, y que casi la mitad no participa en ningún curso de preparación al parto. El estudio, elaborado por el Jefe del servicio de obstetricia del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, Miguel Ángel Herráiz, también señala que el 80% de las encuestadas prefiere tener un parto “medicalizado” con anestesia epidural antes que natural.
El catedrático de Obstetricia y Ginecología del Hospital Clínico San Carlos Miguel Ángel Herráiz, que ha presentado esta semana los resultados de la encuesta en el curso de verano El parto natural -organizado por la Universidad Complutense de Madrid (UCM) en San Lorenzo de El Escorial-, ha explicado que el objetivo del estudio es conocer las preferencias de las embarazadas durante el parto, en un momento en que existe una tendencia desde las administraciones y los medios de comunicación a favor de un parto más natural. Respecto a la elevada proporción de mujeres que piensa que su ginecólogo no informa adecuadamente, el experto reconoce que “debemos dar un plan de parto, y explicar bien y en todo momento cómo va a ser el proceso”.
La matrona del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, Mercedes Martín, ha señalado durante el curso que la información “es esencial”, y haexplicado el proyecto de investigación que ha desarrollado en este centro con el objetivo de “hacer que las mujeres sean las protagonistas de su propio parto”. Para ello se prepararon visitas al hospital, sesiones en atención primaria, además de planes de parto, cuestionarios de satisfacción y partogramas (esquema gráfico con mediciones de la dilatación cervical en el tiempo, la frecuencia cardíaca fetal y los signos vitales de la madre). Actualmente, los expertos están introduciendo los resultados en una base de datos.
Para participar en este proyecto ha sido imprescindible un curso de preparación al parto, “porque la mujer debe estar informada”, dice Martin, quien ha explicado que cuando a muchas embarazadas se les explica, por ejemplo, los beneficios de la deambulación se puede reducir el uso de la epidural.
“Hay que informar no sólo a la mujer embarazada, sino a toda la sociedad”, añade el Jefe de Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Gregorio Marañón, Ángel Aguarón de la Cruz, que piensa que los datos de la encuesta serán diferentes dentro de unos años, cuando se expliquen mejor las distintas alternativas y aumente la educación reproductiva de la población.
Hacia un parto más natural
El estudio consistió en un cuestionario de 34 preguntas realizado a 250 mujeres gestantes de diversas nacionalidades y nivel de estudios, de entre 16 y 45 años, con una media de 31 años y 1,89 hijos, y atendidas en la sanidad pública en un 52,8%, y el resto en la privada.
Los resultados señalan que “el parto ideal de las gestantes” pasa por ser “medicalizado” para un 80%, natural para un 16%, y a un 4% le gustaría que fuera por cesárea. “Cuanto más alto es el nivel de estudios menos quieren el parto natural”, dice Herráiz, ya que lo prefieren el 12,5% de las universitarias, el 14% de las que tienen formación profesional y un 26% de las que tienen estudios básicos. Respecto al lugar para dar a luz, más del 99% coinciden en que sea en un hospital, antes que en una casa.
Algunas de las medidas que proponen los defensores del parto natural son la realización de planes de parto, pasear y elegir las posturas deseadas (especialmente la vertical), uso de bañeras y sales especiales, presencia de la compañía deseada por la gestante, métodos alternativos a la anestesia epidural, no usar oxitocina ni sueros, ni realizar episiotomías (incisión quirúrgica en la vulva practicada en ciertos partos para facilitar la salida del feto y evitar desgarros en el periné), y poner en contacto piel con piel al recién nacido con su madre, sin revisión pediátrica inmediata.
Herráiz reconoce que la presión de los grupos a favor de un parto más humanizado ha favorecido que en los últimos años se haya avanzado en aspectos como dejar entrar a la pareja al paritorio, o reducir el número de episiotomías del 100% que se realizaban hace unos años al 40% de la actualidad.
El catedrático propone que para el pequeño porcentaje que quiere un parto natural, más que preparar todos los hospitales, “se podría habilitar un centro específico en cada comunidad autónoma, dotado con los medios necesarios y el personal sanitario sensibilizado para este tipo de partos”, de acuerdo a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud.
Por su parte, Ángel Aguarón ha explicado a SINC que el parto natural, o parto de mínima intervención implica tres principios: una mayor participación de la pareja (no solamente de la mujer), una mayor calidez e intimidad, y anular o disminuir las rutinas que no estén avaladas en la evidencia médica (como los goteos, las episiotomías, las inducciones o las cesáreas, cuando no sean necesarios).
Aguarón aconseja, no obstante, acercarse a la realidad, porque como señalan los datos de la encuesta, “la mayoría de las mujeres sigue queriendo la epidural”, aunque quienes estén en contra reclamen que se debe a la falta de información sobre métodos alternativos, como las bolas o los masajes.
En cualquier caso considera que se va cambiando respecto a este asunto, y que no hay que buscar culpables: “A veces se dice que la culpa es del Ministerio, pero ya se ha dado cuenta y está haciendo un esfuerzo infinito; la culpa es del medico tradicionalista y talibán, pero también se ha dado cuenta y está cambiando; la ignorancia de la sociedad es la culpable, pero ya tiene más acceso a internet y pregunta más. En definitiva, nos estamos moviendo, y lo más positivo es que todo el mundo está poniendo de su parte para avanzar hacia un parto más humanizado”.