La 13ª competición de la revista científica Science para representar una tesis doctoral ha exigido a todos los participantes que respetasen las restricciones por la pandemia en todo el proceso del vídeo, al tiempo que ha entregado un premio adicional a la mejor tesis bailada de investigación en covid-19. Un total de 40 piezas se han presentado a concurso.
El concurso anual ‘Baila tu tesis’, organizada por la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS), la revista científica Science y patrocinada por la compañía de inteligencia artificial Primer, premia a las mejores tesis doctorales presentadas en un formato artístico y accesible para todos los públicos.
Ya sea a través de la danza, el cante o cualquier género musical, los doctorandos deben ingeniárselas para explicar su investigación en cualquiera de las categorías del premio: biología, química, física o ciencias sociales. Además, el concurso exigía a todas las participaciones cumplir con sus restricciones locales por la pandemia, al tiempo que incluía una categoría adicional dedicada a la mejor tesis bailada sobre covid-19.
Para la edición de 2020, el concurso ha recibido 40 candidaturas en las que están involucrados cientos de investigadores, amigos y familiares de los doctorandos. Los mejores vídeos son seleccionados por un panel compuesto por ganadores de ediciones anteriores, profesionales artísticos y científicos internacionales. En juego están 2.000 dólares para la mejor tesis bailada principal, 750$ para los ganadores de cada categoría, 500$ para la mejor tesis sobre covid-19 y la fama y gloria mundial, según anuncian en el comunicado.
El premio principal del concurso se lo ha llevado un rap sobre los clústeres moleculares atmosféricos que ha sabido combinar una letra guasona (“nuestros artículos son ‘inverificables’, nos aceptan sin revisión”, “soy el autor principal, tú solo eres et al.”), una coreografía tosca, animaciones por ordenador e imágenes tomadas con un dron.
Los ganadores son Jakub Kubečka, Ivo Neefjes y Vitus Besel, tres doctorandos del Instituto de Investigación de Sistemas Atmosféricos y Terrestres (INAR) de la Universidad de Helsinki, en Finlandia.
La canción explica cómo los grupos de átomos se unen para formar clústeres moleculares en el espacio configuracional, incluso se atreve a explicar todo el proceso en siete sencillos pasos: “uno, enciende el ordenador; dos, consigue tus moléculas y colócalas juntas; tres, explora el espacio configuracional; cuatro, optimiza las estructuras; cinco, filtra la porquería sobrante; seis, enhorabuena, ya tienes el clúster; y siete, recibe el Premio Nobel”.
Para preparar toda la grabación durante dos meses, explica Kubečka, “estuve escuchando la canción en mis auriculares durante 30 veces cada día. Creo que he llegado hasta a soñar con ella”. El objetivo para estos tres investigadores siempre ha sido “demostrar al resto de los mortales que la ciencia puede ser divertida, absurda y apasionante”, al tiempo que querían “lanzar algunas pullitas científicas”.
En cuanto a la adaptación a las medidas de la pandemia, los investigadores explican que recibieron permiso por parte de la universidad para grabar bajo condiciones muy estrictas. Por ejemplo, gran parte del vídeo discurre en las afueras, mientras que los metrajes en interior se realizaron de tal manera que nunca hubiera más de dos personas –actor y cámara– en la misma habitación.
Sobre la vestimenta empleada en el vídeo, los doctorandos explican que decidieron “por nuestra infinita sabiduría” grabar únicamente con camisas de manga corta en pleno invierno finlandés: “Cada toma en exterior comenzaba cuando nosotros tirábamos nuestras chaquetas, realizábamos las coreografías y corríamos de vuelta a por ellas”.
La ganadora en la categoría especial sobre tesis en covid-19 es Heather Massson-Frosythe, doctoranda de la Universidad Estatal de Oregón (EE. UU.) en la que emplea varias coreografías para representar las diferentes proteínas del SARS-CoV-2 y una bufanda roja a lo largo de todo el vídeo, que simboliza el material genético del coronavirus.
La científica, que investiga nuevos fármacos que bloqueen el virus y detengan su replicación no es ninguna coreógrafa amateur: ha estado practicando baile desde que tiene 10 años. “Tenía que pensar en los movimientos de las proteínas del virus con las que trabajo todos los días”, comenta Masson-Forsythe.
El vídeo de la coreografía contiene una conmovedora nota final: sus 300 segundos de duración reflejan el número de estadounidenses que han fallecido por covid-19 hasta el pasado diciembre, a un segundo por cada mil muertos de la pandemia en este país.
La ganadora en la categoría de biología es la investigadora posdoctoral Fanon Julienne, de la escuela de ingeniería ENSAM. Su trabajo versa sobre la fragmentación de los plásticos y su efecto en la naturaleza.
El investigador Mikael Minier completó su investigación en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (EE. UU.) y actualmente trabaja como ingeniero de software en la empresa WaveXR. Su trabajo, titulado “el baile del dihierro”, versa sobre los complejos biomiméticos de dihierro con puente de carboxilato.
Magdalena Dorner-Pau, investigadora posdoctoral en la Universidad de Graz (Austria), es la ganadora en la categoría de ciencias sociales. Su participación discurre sobre si la enseñanza performativa puede mejorar las habilidades de descripción de imágenes.