Investigadores de la Universidad de Sevilla están participando en un proyecto que busca mejorar las habilidades de lenguaje oral de los niños europeos y analizar las terapias que se están llevando a cabo cuando presentan dificultades de aprendizaje de su idioma materno. La iniciativa tratará de enriquecer la ciencia en este ámbito, mejorar la eficacia de los servicios para los niños con trastornos del lenguaje y crear una red estable de investigadores.
El lenguaje oral es fundamental para el desarrollo de los niños, que afecta a la aparición de las habilidades personales, sociales y académicas en toda la escuela y en el lugar de trabajo. La mayoría de los niños adquieren estas habilidades sin esfuerzo, pero una proporción considerable, las personas con trastornos del lenguaje (TEL), no lo hacen. El TEL afecta a 5,8 millones de niños y jóvenes (cero a 18 años) en toda Europa. Hay pruebas de la eficacia y la efectividad de la intervención para mejorar las competencias lingüísticas de estos niños, pero esta información no está bien difundida y los servicios que se les ofrecen no son equivalentes en toda Europa.
Ahora, un proyecto de la UE está intentando mejorar las habilidades de lenguaje oral de los niños y analizar las terapias que se están llevando a cabo cuando presentan dificultades de aprendizaje de su idioma materno.
“Con este proyecto comunitario trataremos de enriquecer la ciencia en este campo, mejorar la eficacia de los servicios para los niños con TEL y desarrollar una red sostenible de investigadores bien situados para tratar de dar respuesta a las preguntas clave en este ámbito”, explica David Saldaña, responsable del grupo de investigación Laboratorio de Diversidad, Cognición y Lenguaje de la Universidad de Sevilla.
En qué medida las terapias que se utilizan en la actualidad están fundamentadas en la evidencia científica, qué tipo de servicios se presta y dónde se desempeñan estas ayudas, así como si las técnicas de éxito varían según los países e idiomas, son algunas de las cuestiones que se plantean los expertos.
Lengua de signos
El grupo de investigación está trabajando, además, en la adaptación de una prueba de evaluación del desarrollo de la lengua de signos en niños (sordos u oyentes pero de padres sordos) de cero a tres años de edad en toda España, el Inventario de Desarrollo Comunicativo (CDI) de MacArthur-Bates.
Para ello las familias cumplimentan, cada cuatro meses, un cuestionario sobre la comprensión y la producción signada de sus hijos, ayudados de una web creada con ese propósito. El objetivo es observar cómo progresan los pequeños en el aprendizaje de esta lengua. Este test está adaptado ya a la lengua de signos británica y americana pero no lo estaba hasta ahora para el español.
Este proyecto de Excelencia de la Junta de Andalucía cuenta con la colaboración de la Universidad Autónoma de Madrid, la de Castilla-La Mancha y el equipo de orientación educativa para sordos de la Comunidad de Madrid.
“En general, los niños sordos signantes progresan en su dominio de la lengua de signos de manera similar a como lo hacen los niños oyentes con la lengua oral. En el caso de los niños oyentes signantes, se aprecia un desarrollo normalizado en ambas lenguas, oral y de signos”, comenta la responsable de esta investigación, la profesora de la Universidad de Sevilla Isabel de los Reyes Rodríguez Ortiz.
Mejora de las estrategias tradicionales
El aprendizaje del lenguaje en personas que sufren trastornos del espectro del autismo (TEA) es otra cuestión que estudian los expertos. Los lectores con TEA son capaces de realizar deducciones, inferencias, apropiadas al texto detectando las inconsistencias. Sin embargo, cuando se evalúa esta capacidad tras la lectura de los mismos textos a partir de preguntas, se muestran dificultades para proporcionar una respuesta correcta.
El objetivo es tratar de descifrar por qué no son capaces de realizar conclusiones a partir de datos y de comprender todo aquello que se no se dice de manera explícita como metáforas o discursos en sentido figurado para mejorar las estrategias tradicionales de intervención y de evaluación.
“Es muy importante seguir investigando en este sentido porque en la vida nos encontramos continuamente con situaciones figuradas. Por ejemplo, si decimos ‘llevo todo la tarde calentándome la cabeza’ nuestro interlocutor con TEA lo interpretará de manera literal y no con el significado que tiene la frase”, indica el profesor de la US David Saldaña.