Un producto patentado por investigadores de las universidades de Sevilla y Barcelona contiene un hongo que actúa como agente de control sobre varias enfermedades de plantas ornamentales. Ya está a punto de conseguir su registro oficial en Canadá, Europa y Estados Unidos, y los científicos estudian ampliar sus usos a cultivos hortícolas.
La empresa de base tecnológica Biocontrol Technologies, integrada por investigadores de la Universidad de Sevilla y de Barcelona, ha desarrollado y patentado un agente de control biológico capaz de reducir la severidad de enfermedades de plantas entre un 40% y un 70%, dependiendo del tipo de enfermedad. El producto contiene un aislado (T34) del hongo Trichoderma asperellum.
La autorización del producto se encuentra en fase de consulta pública tras su evaluación favorable en Canadá y Estados Unidos. En Europa el avanzado desarrollo del expediente de registro ya permite la petición provisional de autorizaciones en los distintos países.
El catedrático de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos (ETSIA) de la Universidad de Sevilla, Dr. Manuel Avilés Guerrero, explica que el producto Biocontrol T34 está formulado a partir de un microorganismo aislado de un compost de residuos sólidos urbanos mezclado con restos de jardinería y poda. Avilés explica que “se trata de un microorganismo natural que tiene una alta eficacia de control biológico principalmente en ambientes de tipo mediterráneo”, frente a otros productos de este tipo que se encuentran en el mercado y que están indicados para climas continentales más frescos.
Se ha conseguido una formulación que se suspende de forma fácil a la hora de aplicarlo sobre el cultivo en comparación con otros productos de este tipo. Inicialmente estaba orientado a cultivos ornamentales, pero se está desarrollando la ampliación de su uso a cultivos hortícolas, tanto en invernadero como al aire libre.
Las principales enfermedades sobre las que el aislado T34 de Trichoderma asperellum actúa como agente de control son las fusariosis vasculares (formas especiales de Fusarium oxysporum), el chancro gomoso de las cucurbitáceas (Didymella bryoniae), las rhizoctoniasis (Rhizoctonia solani), así como la prevención de las podredumbres blanca (Sclerotinia sclerotiorum), gris (Botrytis cinerea) y carbonosa (Macrophomina phaseolina).