En noviembre se cumplirán 400 años del Auto de Fe que la Inquisición celebró en Logroño, casi el mismo tiempo que ha transcurrido para las páginas del libro que reposa en la biblioteca de la Universidad Pública de Navarra, el único ejemplar impreso en 1611 en Burgos del que se tiene noticia. En él se da cuenta del proceso por el que 53 personas fueron acusadas de brujería. Cuarenta procedían de la zona de Zugarramurdi, de las cuales once fueron condenadas a morir quemadas en la hoguera.
Sobre el Auto de Fe de Logroño se imprimieron en 1611 dos ediciones, una en Logroño, impresa por Juan de Mongastón, y otra en Burgos, impresa por Juan Bautista Varesio, y que se conserva en la universidad. Según destaca el responsable de la Oficina de Fondo Antiguo de la biblioteca, se trata del único ejemplar conocido.
Explica que a esta edición se había referido el estudioso Agustín González de Amezua y Mayo en la introducción a la edición crítica de la obra de Cervantes “El casamiento engañoso y el coloquio de los perros”, de 1912, que considera la edición de una “extremada rareza” por no aparecer citada en ninguna bibliografía. “Y además, de la descripción que realiza sobre el estado físico del libro que él vio y estudió entonces -por ejemplo, da detalle de la existencia de un par de páginas deterioradas- constatamos que es el mismo que ahora tenemos en la universidad”, señala.
El ejemplar fue adquirido por la UPNA en 2005. Sobre un grabado xilográfico, el título del libro dice: “Relacion summaria del auto de la fe que los señores doctor Alonso Bezerra Holguin, del Abito de Alcantara, licenciado Ioan de Valle Alvarado, Licenciado Alonso de Salazar Frias, Inquisidores Apostólicos en el Reyno de Navarra y su distrito, celebraron en la Ciudad de Logroño, en siete y ocho días del mes de Noviembre, de mil seyscientos y diez años”- El autor, Luis de Fonseca, era natural de Zaragoza y residente en Burgos.
Este libro difiere de la edición impresa en Logroño no sólo en el título sino también en su contenido. A través de sus 87 páginas, el texto incluye apostillas al margen y aporta los nombres de once personas ajusticiadas y condenadas a la hoguera. Seis de ellas -Domingo Subeldegui, Petri de Ioan Gobena, María de Arburu, María de Chachute, Graciana Iarra y María Bastan de Borda- fueron quemadas vivas; las otras cinco, igualmente condenadas a la hoguera -Ioannes de Odiha, Ioannes de Chegui, María de Zozaya, María de Calequa y Estefanía de Petri Sancena-, habían muerto en la cárcel, por lo que se quemaron sus restos.
El texto menciona además los nombres de otras 17 personas, vecinas todas de Zugarramurdi, que se arrepintieron y fueron reconciliadas. De ellas, ocho murieron mientras estaban en prisión.
De la edición impresa por Juan de Mongastón en Logroño se sabe que existe más de un ejemplar, uno de los cuales pertenece a los fondos de la Biblioteca Nacional.