La investigación colaborativa no ha dejado de crecer desde que hace cuatro años se presentó la "Iniciativa europea de Asociación Responsable", un conjunto de directrices diseñadas para facilitar la transferencia de conocimiento entre empresas, organizaciones de investigación, y universidades. Ésta es la conclusión principal del informe Responsible Partnering Special Conference, que también pone de relieve la falta de apoyo gubernamental para llevar a cabo investigaciones a largo plazo.
La Iniciativa de Asociación Responsable, presentada en 2004, fue desarrollada por profesionales experimentados en la investigación colaborativa de la Asociación Europea para la Administración de la Investigación Industrial (EIRMA), la Asociación Europea de Organizaciones de Investigación y Tecnología (EARTO), la Asociación Europea de Universidades (EUA) y Organizaciones de Transferencia del Conocimiento (ProTon Europe)
La iniciativa proporcionó las directrices prácticas para crear relaciones duraderas entre los agentes de la investigación, coordinar intereses, establecer propósitos claros, y conseguir una protección eficaz de la propiedad intelectual.
A través de la web, los agentes interesados pueden seguir los pasos necesarios para establecer una asociación, desde la identificación de objetivos comunes y la búsqueda de un socio adecuado hasta la redacción de acuerdos y la puesta en marcha del proyecto.
El informe que se ha presentado ahora concluye que, "gracias a la iniciativa, los marcos de colaboración son más valiosos y engloban una mayor diversidad de organizaciones". Algunos de los avances más destacables son el establecimiento de varias iniciativas de colaboración entre universidades, empresas e institutos de investigación, así como la presencia de planes para la transferencia de tecnología en universidades.
El concepto, que se desarrolló en la iniciativa de Open Innovaton (Innovación Abierta), mediante la cual se combinan los recursos internos y externos para la investigación, también se está desplegando progresivamente en la universidad y la industria.
Al mismo tiempo, las discusiones en torno a la política pública ya no se centran en el debate sobre la necesidad de fomentar este enfoque, sino en la forma de conseguir que funcione de forma efectiva.
Según el documento, "el reto en Europa es establecer las condiciones que conduzcan a un ciclo virtuoso de colaboración productiva y a una escala aceptable". En cualquier caso, el informe indica que aún perduran algunas de las barreras identificadas con anterioridad, a saber: un proceso incompleto para establecer y aplicar buenas prácticas, y el desperdicio de oportunidades para entablar asociaciones e intercambiar conocimientos.
Otros obstáculos mencionados en el informe son la falta de apoyo gubernamental para llevar a cabo investigaciones a más largo plazo y para entablar colaboraciones productivas y, además, los sistemas institucionales de gestión (así como las actitudes que pueden infundir estos sistemas), que "son incapaces de responder a las demandas modernas".
El informe sugiere que la Iniciativa de Asociación Responsable podría sentar una base adecuada para superar estos obstáculos, siempre y cuando su adopción y visibilidad sean suficientes. La iniciativa también debería proporcionar una base sólida sobre la que desarrollar directrices y políticas de gobierno. El informe concluye con la sugerencia de que se revise la guía de la iniciativa, con el fin de clarificar ciertos aspectos confusos como las prácticas relativas a la propiedad intelectual y los últimos cambios en las normas que rigen las ayudas estatales a la investigación y el desarrollo.