Los presupuestos sanitarios públicos son unas de las primeras víctimas de crisis tan profundas como la actual. El gobierno español puso en marcha diversas actuaciones mediante Real Decreto que incluían, entre otras medidas, la reducción de los salarios del personal del Sistema Nacional de Salud, y las reducciones de precios de medicamentos en toda la cadena farmacéutica: industria, distribuidores, oficinas.
Pero no son las únicas medidas posibles. Un grupo de trece profesionales con experiencia en gestión sanitaria a diferentes niveles publica en Gaceta Sanitaria un total de 101 actuaciones para mejorar la eficiencia y reducir el despilfarro en el Sistema Nacional de Salud.
El grupo de expertos fue convocado por la Fundación Salud Innovación Sociedad y el Institut d’Estudis de la Salut y estuvo formado por médicos, economistas y farmacéuticos de diferentes instituciones como el Hospital Clínic de Barcelona, el Centro de Investigación en Economía y Salud de la Universidad Pompeu Fabra y el Centro Superior de Investigación en Salud Pública, al que pertenece Salvador Peiró, primer firmante del artículo.
Los autores de este trabajo constatan con este conjunto de medidas que el personal sanitario y la cadena farmacéutica no son los únicos elementos de la Sanidad pública que pueden mejorar su eficiencia y que la reducción de costes no es la única (ni necesariamente la mejor) manera de aumentarla. De hecho, de las 35 principales propuestas de este panel de expertos, sólo dos se corresponden con las medidas gubernamentales.
El trabajo valora como menos prioritarias que otras la mayoría de las actuaciones desarrolladas recientemente por el gobierno, siendo la reducción de los salarios y la dispensación en unidosis las peor consideradas. “Más que valorarlas negativamente, las consideramos insuficientes al no ir acompañadas de otras propuestas de reformas estructurales y no suponer una estrategia global de mejora de la eficiencia y de la sostenibilidad del sistema sanitario”, afirman los autores.
Como medidas más urgentes, los profesionales proponen en primer lugar controlar la corrupción y la partitocracia. También plantean una contundente reorganización del terciarismo según el volumen, los resultados y los costes; replantear las actividades preventivas que no aportan valor añadido (como los chequeos y las revisiones de empresa), especialmente en la propia Adminstración; gestionar la demanda de urgencias, exploraciones, visitas e intervenciones priorizando según las necesidades; o implicar más a los pacientes en los autocuidados.
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Referencia bibliográfica:
Peiró S, et al. Identificación y priorización de actuaciones de mejora de la eficiencia en el Sistema Nacional de Salud. Gac Sanit. 2011;25:95-105. - vol.25 núm 02
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