Un conjunto de 300 jóvenes provenientes de todos los países de la Unión Europea se reunieron en París el pasado octubre para votar un documento de recomendaciones para la construcción de una Sociedad Europea del Conocimiento. El texto se presentó a Valérie Pécresse, ministra de Investigación y Enseñanza Superior, y a Janez Potocônik, Comisario Europeo de Investigación el pasado 14 de noviembre, en el Grand Palais de París.
El texto de las recomendaciones, fruto de seis meses de trabajo de grupos de jóvenes, se enmarca en un proceso de análisis crítico de la Estrategia de Lisboa, votada en 2001 por los Estados miembros y aspirantes a la construcción en la escala comunitaria de “La economía del conocimiento más competitiva y más dinámica del mundo, de aquí al año 2010, capaz de un desarrollo económico sostenible, acompañado de una mejora cuantitativa y cualitativa del empleo y de una mayor cohesión social”.
La pertinencia de estas recomendaciones está relacionada con la experiencia de los jóvenes universitarios, estudiantes de institutos, parados, trabajadores, y jóvenes con pocas oportunidades y grandes dificultades.
El Comité Español, formado por un grupo de 14 jóvenes de entre 15 y 25 años, aportó propuestas obtenidas mediante un proceso previo de amplia participación. Este comité se organizó desde el Observatorio de la Difusión de la Ciencia de la Universidad Autónoma de Barcelona (ODC de la UAB) y cuenta con el apoyo de la Fundación Española para la Ciencia y la tecnología (FECYT), de la Generalitat de Catalunya (AGAUR), de la Embajada de Francia y del Consulado de Francia en Barcelona.
Mensaje a las autoridades nacionales y europeas
El mensaje dirigido a las autoridades europeas y de cada Estado miembro recoge la idea de que construir una sociedad del conocimiento comporta una capacidad de convocatoria de todas las energías en el seno de la UE muy difícil de conseguir, a menos que se faciliten dos condiciones: "que la economía y los objetivos de competitividad no constituyan el alfa y el omega de la Estrategia de Lisboa, y que este proyecto sea objeto de debates democráticos masivos en toda la UE"
Los jóvenes se han sorprendido por la ignorancia de la mayor parte de expertos, científicos, parlamentarios, sindicalistas o responsables de las asociaciones, de la definición y de las implicaciones de la Estrategia de Lisboa. Esta constatación responde a la dramática debilidad de los debates sobre los retos Europeos en el seno de cada país de la UE. Este déficit está identificado por los jóvenes que, por su parte, están dispuestos a afrontar su papel.
No hay desinterés por las ciencias ni por las carreras científicas, pero cuatro condiciones determinan sus elecciones y las de sus familias: estudios demasiado largos para un “rendimiento” profesional que no se adapta; una política de empleo en ciencia y tecnología de bajo nivel y un índice de desempleo demasiado alto, no se corresponden con la dificultad en los estudios; unos salarios que no responden a los esfuerzos y las necesidades de nuestras sociedades; y métodos de enseñanza, desde la escuela hasta la universidad que deben renovarse en profundidad.
Las instituciones gubernamentales (especialmente las presidencias francesa, checa y sueca), la Comisión Europea, las autoridades locales y las instituciones científicas, se enfrentan a sus responsabilidades.
Influir sobre la mentalidad de los ciudadanos, y especialmente de los más jóvenes, desarrollando procesos de debate crítico de las políticas de ciencia y tecnología, de modo público y confrontado, que signifique el inicio de un proceso, al mismo tiempo, científico.
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Toda la información en:
http://www.odc.cat/UserFiles/ODC/file/DEFINITIVE_DOCUMENT_ES.pdf
http://www.odc.cat/projectes/presents.aspx#p3
http://www.youthsciencesociety.eu/en/projet.html