La Clínica Universidad de Navarra ensaya un tratamiento indoloro para tratar de lograr, con la ayuda de la luz, la destrucción física del coronavirus en la nariz. En el ensayo clínico participan cien pacientes que han dado positivo en una prueba PCR y que no han requerido ingreso hospitalario.
Investigadores de la Clínica Universidad de Navarra (CUN) están trabajando en un estudio en el que un grupo de cien pacientes se va a someter a un tratamiento de fotodesinfección nasal para destruir el virus alojado en la nariz y evitar así el contagio a personas sanas.
El ensayo prueba un dispositivo de la compañía canadiense Ondine Biomedical en pacientes que han dado resultado positivo en una prueba PCR y que no han requerido ingreso hospitalario, según ha explicado la CUN en una nota en la que también señala que es el único hospital en el mundo que participa en el estudio.
Según el especialista del Servicio de Enfermedades Infecciosas de la CUN y coinvestigador principal del ensayo, Francisco Carmona, con la fotodesinfección nasal no se busca curar a los pacientes cuando la enfermedad está ya instaurada, sino “destruir el reservorio de SARS-CoV-2 en las fosas nasales, donde la replicación del virus es más activa los primeros días”.
“Si conseguimos esto, esperamos que el virus no se transmita y que el paciente deje de ser un agente transmisor de la infección a otras personas a corto plazo tras el tratamiento”, revela el experto.
La tecnología de la fotodesinfección mediante terapia fotodinámica es un proceso indoloro que se ha usado durante más de 10 años, principalmente en Canadá, como un mecanismo para prevenir las infecciones de la herida quirúrgica por bacterias multirresistentes que colonizan las fosas nasales.
Durante la primera ola de la pandemia, los equipos de los programas de Terapia Génica y de Terapias Moleculares de Cima Universidad de Navarra ya demostraron la eficacia de la terapia fotodinámica para la destrucción in vitro del SARS-CoV2.
El especialista en Medicina del Trabajo de la CUN y coinvestigador del ensayo, Alejandro Fernández-Montero, detalla que, si se consigue eliminar el reservorio del virus, este tratamiento podría permitir “acortar la duración de los confinamientos con infección por SARS-CoV-2, generando un impacto positivo en la población, las empresas y la economía”.
“Además, el ámbito hospitalario se podría beneficiar doblemente, al disminuir el riesgo de contagio de los enfermos al personal sanitario, y acortar las bajas de los profesionales sanitarios o de los cuidadores de dependientes, que en situaciones de pandemia son imprescindibles”, añade el especialista.
Carmona añade que otra ventaja de un enfoque de destrucción física del virus es que “este tipo de tratamiento sería agnóstico al tipo de variante, lo cual haría de este un complemento perfecto a las actuales medidas de prevención y terapéuticas”, además de que “el virus no puede desarrollar ninguna resistencia al tratamiento”.
Se trata de un ensayo aleatorizado y controlado, cuyos participantes están siendo reclutados entre personas atendidas por contagio de covid-19 en la sede de Pamplona de la Clínica Universidad de Navarra. Estos reciben tres sesiones de fotodesinfección y durante dos semanas se comprueba en ellos la evolución de la carga viral y de la enfermedad.
Este tipo de tratamiento sería agnóstico al tipo de variante, lo cual haría de este un complemento perfecto a las actuales medidas de prevención y terapéuticas
De acuerdo con la práctica habitual de los ensayos clínicos y para confirmar la eficacia del procedimiento, la mitad de los participantes está recibiendo el tratamiento fotodinámico, y la otra mitad recibirá una intervención control.