El científico japonés Shinya Yamanaka ha ganado el Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Biomedicina por demostrar que "es posible reprogramar células ya diferenciadas y devolverlas a un estado propio de las células pluripotentes”. El investigador confía en que esta técnica supere todos los obstáculos y se convierta en una realidad terapéutica.
El trabajo de Shinya Yamanaka “ha acelerado la posibilidad de trasladar la medicina regenerativa del laboratorio a la clínica”, ha señalado el jurado, que ha concedido al científico japonés el Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Biomedicina, en su tercera edición.
El logro de Yamanaka ha supuesto una revolución para la biología ya que consiguió, en el año 2006, a partir de células adultas, generar células madre de pluripotencia inducida (células iPS). Éstas pueden convertirse en cualquier tipo celular especializado, algo que se creía exclusivo de las células madre embrionarias.
Una vez conocido el fallo del premio, el científico manifestó que la motivación principal de su trabajo fue evitar el uso de embriones en la investigación. “Soy consciente de que hay muchas personas en contra del uso de embriones humanos, pero también entiendo el valor que las células madre tienen para la medicina”, ha recalcado.
Según el jurado, la posibilidad de trabajar con células iPS derivadas de los propios pacientes evitaría “usar a los pacientes como conejillos de indias”. Además, las investigaciones de Yamanaka servirán para avanzar en la creación de fármacos más precisos y en terapias específicas, “en particular, para enfermedades neurodegenerativas”, añade el acta.
La oveja Dolly como referente
Tanto las primeras ranas clónicas creadas en los años 70 como la famosa oveja Dolly han sido fuentes de inspiración para el investigador. “Aquello me hizo pensar que debería ser posible reprogramar células somáticas y devolverlas al estado embrionario”, ha explicado. La investigación podría haber tardado entre 20 y 30 años pero el científico la culminó en menos de una década.
Yamanaka confía en que con estas nuevas células puedan desarrollarse nuevos fármacos dentro de unos años. Pero su aplicación en terapia celular es más lejana: “Tenemos que asegurarnos de que las células iPS son seguras y no producen cáncer ni otros tumores”. El experto confía en que “serán una realidad terapéutica” y que “los obstáculos técnicos se superarán a corto plazo”.
El científico japonés es actualmente director del Center for IPS Cell Research and Application de la Universidad de Kyoto (Japón) e investigador del Gladstone Institute de San Francisco (EEUU).