¿Qué hace la UE ante el despertar económico chino?

La tesis define la estrategia de la UE ante China como "reactiva y coyuntural", debido a la falta de visión ante su acelerada expansión económica. Cuando se asientan las bases de dicha expansión en la década de los '80, la UE se encuentra en pleno proceso de consolidación interna. Maiza explica que debido a este hecho ocurre una reacción tardía, "por lo que a comienzos de la década de los '90 las empresas europeas tienen una menor presencia en China que las de otras potencias".

Es sólo entonces cuando comienzan a impulsarse mecanismos de cooperación, que no responden a una estrategia predeterminada, aunque consiguen consolidar el rol de liderazgo de la UE en China durante los últimos años de los 9'0 y principios del nuevo milenio.

Sin embargo, la UE ha tomado durante el último lustro una actitud más proteccionista ante China. Tal y como se explica en la investigación, los países europeos, y en especial los de mayor capacidad tecnológica (Alemania, Francia, Reino Unido, Suecia y Finlandia), entienden que China se ha beneficiado más de la UE que viceversa.

Esto se debe a la lentitud de las reformas político-económicas esperadas por la UE y otras potencias mundiales en el país asiático. Ahora "los países europeos se encuentran con dificultades para acceder al mercado chino y con una insuficiente protección de los derechos de propiedad intelectual, lo cual supone que los productores chinos obtienen provecho de las tecnologías europeas para copar los mercados mundiales", señala el trabajo.

¿Falta de seguridad o aumento de la competencia?

Maiza considera que la política proteccionista de la UE con China está justificada ante problemas como el dumping, la falta de seguridad en juguetes y medicamentos o las falsificaciones. Sin embargo, el economista se pregunta si esta actitud pretende ocultar algunos déficit estructurales de la economía europea a la hora de gestionar el aumento de la competencia en el nuevo escenario económico internacional.

La tesis prevé una mayor rivalidad entre China y la UE en sectores estratégicos, y un posible mayor protagonismo de las políticas proteccionistas. Maiza ve recomendable que la UE plantee una estrategia alejada de la política de confrontación, que es la actitud de los EEUU toma ante el gigante asiático. Debido a los problemas internos que las reformas planteadas pueden acarrear a China, el autor de la tesis advierte de que su gobierno actuará lentamente.

"Las políticas públicas europeas deben concentrar su atención sobre unas pocas cuestiones prioritarias a exigir y realizar un planteamiento conjunto con países que no son contemplados como amenaza por China", explica el esperto. Asimismo, subraya la necesidad de una estrategia común de toda la UE, alejada de las prácticas llevadas a cabo hasta ahora, en las cuales algunas de las grandes potencias europeas han actuado de manera unilateral y coyuntural.

El experto considera que la economía europea puede tomar rumbo a la especialización para hacer frente a la competencia china. Concretamente, "producir bienes de gama alta en el caso de productos como el calzado o piezas de automoción, u ofrecer servicios post-venta en el caso de equipos industriales". También considera factible en un futuro la introducción en el mercado chino de empresas europeas especializadas en tecnologías medioambientales o de reciclaje.