El Instituto de Biomecánica ha diseñado un nuevo concepto de vehículo urbano eléctrico -Urban Car- de peso reducido siguiendo criterios de movilidad urbana sostenible y orientado a las necesidades actuales de las personas mayores. Este proyecto ha sido cofinanciado por el Fondo europeo de desarrollo regional a través de IMPIVA.
Este nuevo concepto de vehículo se ha desarrollado utilizando las técnicas más novedosas de ingeniería emocional para conseguir diseñar un producto final que refleje las preferencias, hábitos de uso, necesidades y expectativas de los usuarios finales. Esas técnicas van desde estudios ergonómicos, hasta los análisis de tendencias, paneles de usuarios, context-mapping y estudios cuantitativos.
Urban Car representa el vehículo urbano del futuro que destaca por tener sus dimensiones muy compactas (mide sólo 3.20 metros) pensadas para el tráfico urbano, un habitáculo con capacidad para cuatro personas, y asientos traseros modulables para habilitar espacio como maletero. Sus dos puertas correderas permiten el acceso en los aparcamientos más ajustados y su techo acristalado, que aumenta la visibilidad, provoca mayor sensación de espacio y facilita la conducción.
Uno de los aspectos pioneros y relevantes de este nuevo coche es que tanto en la elección de la línea del diseño exterior como en la distribución de espacios del diseño interior se ha tenido en cuenta a la opinión de los que serán los usuarios finales.
Coche urbano y ecológico
El coche del futuro debe tener en cuenta el Medio Ambiente por este motivo Urban Car es un turismo eléctrico. En este sentido, el proyecto ha estudiado qué demandan los usuarios de los coches eléctricos: estos requieren coches que tengan baterías con una autonomía de 125 Km y de dos a tres horas de tiempo de carga aunque se podría aceptar una autonomía de hasta 80 Km y mayor tiempo de carga que reduciría su precio de forma importante. Las baterías concebidas son extraíbles ofreciendo una mayor flexibilidad al poder intercambiarlas y mantener la autonomía del vehículo.
Además, en el diseño de Urban Car se ha evaluado qué piezas de metal se pueden sustituir por nuevos materiales plásticos más ligeros y así reducir el peso del vehículo. En este apartado también se ha investigado cómo sería recibido por los usuarios en su percepción de seguridad. Un dato relevante es que en este sentido, las mujeres confían más en los nuevos materiales que los hombres.
El proyecto consta de una segunda fase en la que se validará el diseño y se concretarán nuevas características. Junto al IBV participan el Centro de Investigación de Tecnología de Vehículos (CITV) y el Departamento de Ingeniería Electrónica (DIE) de la Universidad Politécnica de Valencia así como AIMPLAS (Instituto Tecnológico del Plástico) . El proyecto ha sido apoyado por REDITA (Red Tecnológica de Automoción) y en él participan centros que forman parte del CRIA (Centro en Red de Ingeniería del Automóvil de la UPV).
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