Hasta ahora, la posibilidad de encontrar trabajo era una de las principales razones por las que los extranjeros elegían nuestro país. También ocurría en el caso de los españoles en los traslados entre provincias. Sin embargo, tras la crisis de 2008 nos mudamos por otros factores como la calidad de vida o las condiciones climáticas, según un nuevo estudio. Además, los motivos varían entre extranjeros y nativos.
La búsqueda de mejores condiciones de vida ha sido la principal motivación de los españoles para mudarse a otras provincias, sobre todo a Madrid y Barcelona, los destinos preferidos. A partir de los años 80, la población española que había migrado al extranjero en las décadas anteriores empezó a volver a nuestro país por razones más alla de las económicas: buscaba la calidad de vida.
En los años 90, fueron los propios extranjeros los que comenzaron a llegar a España, convirtiéndose en uno de los países que más migrantes acoge en la actualidad, a pesar de la ley aprobada en 2012, que restringía el acceso a los servicios sanitarios a inmigrantes indocumentados –una medida que solo implementaron 18 provincias–.
Según un estudio, publicado en la revista The Annals of Regional Science, la población extranjera y la nativa presentan patrones y modelos migratorios muy diferentes dentro del territorio nacional. En concreto, el estudio analiza los movimientos interprovinciales, sin considerar los cambios de residencia dentro de la misma provincia.
Así lo confirma un análisis en el que se han comparado los principales factores que motivan estos desplazamientos: el trabajo, el nivel de capital humano, el precio de la vivienda, el peso de los sectores respecto al PIB, las condiciones climáticas y, por último, la distancia geográfica entre provincias.
“Los factores laborales (salario y probabilidad de encontrar empleo) desempeñan un papel más importante entre la población extranjera que entre la nativa”, recalca María Gutiérrez, primera autora del trabajo e investigadora en la Universidad de Cantabria, que se ha basado en los datos recogidos en la Encuesta de Variaciones Residenciales, proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Un antes y un después de la crisis
La investigación, realizada tanto para un periodo precrisis (que abarca desde 2004 hasta 2007) como para el periodo de principal azote de la recesión (de 2008 a 2013), revela, además, que se ha producido un cambio significativo en los patrones de migración como consecuencia del estallido de la crisis y, por tanto, del cambio en el ciclo económico.
Según los resultados del trabajo, el peso relativo del sector servicios y, en menor medida, las condiciones climáticas han ganado importancia como factores de atracción entre los nativos durante la crisis. “Pero sucede lo contrario entre la población extranjera”, observa Gutiérrez.
El estudio también saca a la luz cambios en el comportamiento de nativos y extranjeros dependiendo de lo intensas que sean las diferencias en las condiciones laborales de cada provincia, y esto sucede tanto antes como después del estallido de la crisis.
De hecho, la investigación demuestra que para que se produzcan desplazamientos migratorios deben existir diferencias notables en las condiciones laborales, sobre todo en el caso de los nativos. “Si las diferencias son leves, este movimiento no tendría lugar, y son otros factores, relacionados con la calidad de vida, los que entran en juego”, concluyen los expertos.
Referencia bibliográfica:
Gutiérrez-Portilla, M., Maza, A. & Hierro, M. (2018) “Foreigners versus natives in Spain: different migration patterns? Any changes in the aftermath of the crisis” The Annals of Regional Science 61(1): 139-159.
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