Un equipo de investigación de la Universidad de Alicante ha realizado un estudio nacional sobre el estado de salud, los estilos de vida y el acceso a los servicios sanitarios de la comunidad gitana. El informe constata que las desigualdades son mayores en el acceso a servicios que no están cubiertos por el sistema público, como el dentista o la revisión optométrica.
Cuanto peor es la situación socioeconómica de un grupo social, peor es su estado de salud, de hecho, en España existen importantes desigualdades siendo la población gitana la que ocupa la posición de mayor desventaja. Esta es la principal conclusión que arroja la última Encuesta Nacional de Salud a Población Gitana (2014) realizada por un equipo de investigación de la Universidad de Alicante (UA).
El informe final, financiado y publicado recientemente por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, compara los datos recogidos con la población española, a través de la Encuesta Nacional de Salud de 2011-2012, y con la Encuesta Nacional de Salud a Población Gitana realizada en 2006.
Coordinado por Daniel La Parra, director del Instituto Interuniversitario de Desarrollo Social y Paz, centro colaborador de la Organización Mundial de la Salud, el informe presenta el estado de salud percibido por la población gitana, problemas de salud, limitación de la actividad principal, sobrepeso y obesidad, accidentes, salud ocular y auditiva, salud bucodental, consumo de tabaco y alcohol, alimentación, actividad física y uso de servicios sanitarios.
En los ocho años trascurridos desde la situación observada en 2006, el estudio confirma que el estado de salud de esta comunidad es comparativamente peor que el de los grupos con peor situación socioeconómica en el conjunto de España sobre todo en el estado de salud, la limitación de la actividad habitual, problemas crónicos, salud bucodental y visual.”
Concretamente, un 65,3% de los hombres gitanos y un 55,5% de las mujeres gitanas señalan que su estado de salud es bueno o muy bueno, frente a un 77,7% y un 70,4%, respectivamente, en el conjunto de la población de España.
Las desigualdades son mayores en el acceso a aquellos servicios de salud que no están cubiertos por el sistema público, como por ejemplo, el dentista o revisión optométrica. Es por ello que la población gitana presenta menor uso de gafas y lentillas que la población general (33,0% frente a 53,4% en hombres y 31,3% frente a 63,6% en mujeres).
Por otro lado, la investigación desvela diferencias en los estilos de vida. Como ejemplo, el consumo diario de tabaco declarado en el caso de las mujeres gitanas es inferior que en el conjunto de la población femenina de España (16,7% frente a 21,7%) y superior en los hombres gitanos (54,2% frente a 28,3%).
En el caso de consumo de alcohol declarado en las últimas dos semanas, es significativo ver que es inferior en los hombres y las mujeres de la población gitana que en el conjunto de la población de España: del 50,6% frente al 64,6% en hombres y del 19,1% al 38,9% en mujeres. Sin embargo, dentro de los hábitos alimenticios, el consumo diario de fruta fresca es menos frecuente en la población gitana que en la población general: en hombres gitanos del 39,1% frente al 56,1%, y en mujeres gitanas del 40,5% frente al 63,1%.
Mayor uso de la medicina general
Respecto al uso de servicios de salud como las visitas de medicina general, independientemente de su sexo o edad, la población gitana asiste a consulta con más frecuencia que el resto de españoles.
En algunos servicios concretos, y a pesar de la baja respuesta de las encuestadas a esta cuestión, la frecuencia de visitas a ginecología y la realización de mamografías y citologías es menor entre las mujeres gitanas que entre las mujeres de la población general. Por el contrario, esta tendencia se ha visto fortalecida se compara este parámetro con la encuesta de 2006, ya que el número de mujeres gitanas que nunca ha asistido a una consulta ginecológica ha disminuido del 24,4% al 17,3%.
El informe, además de ver los avances, estancamientos y retrocesos, permite disponer de información actualizada para evaluar y planificar las intervenciones necesarias para conseguir la equidad en salud en el marco de la Estrategia Nacional para la Inclusión Social de la Población Gitana en España 2012-2020. “Es el momento de poner en marcha políticas nuevas, más efectivas, más equitativas en todos los niveles de la gobernabilidad - local, autonómico, nacional y europeo - que mejoren el estado de salud de toda la población y reduzcan la brecha de inequidad”, insiste Daniel La Parra.
Muestra
Para llevar a cabo la Encuesta de Salud a Población Gitana de 2014 se han entrevistado un total de 1.167 personas gitanas adultas. La muestra fue distribuida en tres grandes grupos de edad -de 15 a 34 años, de 35 a 54 años y de 55 y más años- con idéntico número de casos de mujeres y hombres debido a la inexistencia de información demográfica confiable sobre la estructura de edad y sexo de la población gitana en España.
La investigación, dirigida por la doctora en Sociología y profesora de Medicina Preventiva y Salud Pública en la UA, Diana Gil, ha sido financiado por el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad y la UA, a través de las convocatorias del Plan Nacional de I+D+i 2013-2015 (Fondos FEDER) del Instituto de Salud Carlos III.
Referencia:
Segunda Encuesta Nacional de Salud a Población Gitana, 2014. Madrid, 2016.