El síndrome de ojo seco es una patología ocular con una alta incidencia en la población que ocasiona quemazón, ardor, irritación e incluso dolor intenso, por lo que puede afectar a la calidad de vida de los pacientes con restricciones para conducir, leer o usar el ordenador.
En estos momentos no existen terapias que permitan una recuperación funcional de la superficie ocular inflamada de forma crónica, tan solo tratamientos como lagrimas artificiales o agentes inmunosupresores para aliviar su sintomatología. Por ello, el Grupo de Superficie Ocular del Instituto de Oftalmobiología Aplicada (IOBA) de Valladolid busca alternativas terapéuticas.
Recientemente una de sus investigadoras, Laura Contreras, ha presentado su tesis doctoral (la primera del IOBA con mención de Doctorado Europeo) acerca de la recuperación funcional de la superficie ocular en el ojo seco experimental mediante terapia génica.
Como detalla la investigadora, la aproximación terapéutica se basa “en el uso de nanopartículas para vehiculizar un plásmido de MUC5AC, ya que se ha visto que esta molécula es muy importante para mantener una buena calidad en la película lagrimal”. “Consideramos que al aumentar la producción de MUC5AC mejorará la película lagrimal y por tanto toda la sintomatología del ojo seco”, asegura. El primer paso de la investigación fue diseñar un plásmido que codificara para MUC5AC y su estudio in vitro.
“Una vez que tuvimos el plásmido necesitábamos un vehículo que permitiera transportarlo al interior de la célula y para ello empleamos nanopartículas basadas en gelatina cationizada”, precisa. Después se realizaron estudios in vivo con ratones sanos para, por un lado, “determinar si, efectivamente, aumentaba la producción de MUC5AC” y, por otro, “comprobar si había algún efecto tóxico”.
Efecto terapéutico
Tras verificar ambos aspectos, investigaron, también en ratones, el efecto terapéutico. “Utilizamos un modelo animal de enfermedad inflamatoria ocular y evaluamos los parámetros que están alterados en el ojo seco: la producción de lágrima, el estado de la barrera corneal o el estado inflamatorio de los tejidos. El tratamiento con nanopartículas fue capaz de aumentar la producción de lágrima, mejorar la integridad de la barrera del epitelio corneal y disminuir la inflamación”, concluye la investigadora.