Investigadores de Química Orgánica, Biología y Medicina de la Universidad de Santiago, dirigidos por el doctor Eugenio Vázquez y el catedrático José Luis Mascareñas, desarrollaron un sensor molecular para detectar las ciclinas A, proteínas que aparecen altamente concentradas en muchos cánceres.
Mascareñas indica que en la actualidad “existe un gran interés” en la elaboración de métodos de detección y localización de marcadores tumorales que permitirían el diagnóstico temprano de la enfermedad.
El sensor es una estrategia química que emite luz (fluorescencia) solamente cuando se une a la proteína, pero no lo hace con las otras en el mismo medio celular, señalizando así la presencia concentrada de ciclinas A.
Aunque “es temprano para hablar sobre su aplicación en ensayos clínicos”, los investigadores advierten de su posible importancia práctica. Esto llevó al equipo a proteger el descubrimiento con una patente ya que, además del interés en relación con la posibilidad de detectar las ciclinas, el método puede facilitar la creación de nuevos fármacos que actúen como inhibidores de actividades de esta proteína directamente implicada en la regulación de los procesos de proliferación celular.
El equipo de investigación
El catedrático destaca que el “éxito del proyecto constituye un ejemplo claro del valor añadido de trabajo interdisciplinario” entre grupos con capacidades y experiencias complementarias, en este caso entre un equipo de química y uno de biología celular.
El trabajo se llevó a cabo con el apoyo del profesor Ángel Vidal, del Departamento de Fisiología de la USC, y con la participación de la doctoranda del Departamento de Química Orgánica, Elena Pazos, responsable directa de la construcción experimental del sensor molecular. También destacó la colaboración del profesor Luis Castedo.
Los resultados del estudio se publicarán en una de las revistas internacionales más prestigiosas del campo químico, el Journal of the American Chemical Society. Resumiendo la importancia de la investigación, Mascareñas subraya que se trata fundamentalmente de un trabajo de ciencia básica, “dirigido la generación de conocimiento y nuevos conceptos”, pero con “posibles repercusiones prácticas” en el ámbito de la salud.