Una investigación liderada por el Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Neurodegenerativas ha identificado un posible biomarcador para el diagnóstico temprano del alzhéimer en el líquido cefaloraquídeo.
La identificación de nuevos biomarcadores para el diagnóstico precoz del alzhéimer, antes de la aparición de los síntomas clínicos, es crucial para avanzar en el conocimiento de esta patología y en el desarrollo de tratamientos terapéuticos.
Un equipo de investigadores del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Neurodegenerativas CIBERNED liderado por Ramón Trullas, en colaboración con la Unidad de Alzheimer del servicio de Neurología del Hospital Clínico de Barcelona y con el servicio de Neurología del Hospital de San Pablo de Barcelona ha identificado otro posible biomarcador en el líquido cefaloraquídeo, un líquido de color transparente, que baña el encéfalo y la médula espinal. La investigación se publica hoy en la revista Annals of Neurology.
La evidencia reciente indica que la enfermedad de alzhéimer está precedida por una larga fase preclínica con cambios bioquímicos, estructurales y funcionales del cerebro, lo que sugiere que el proceso fisiopatológico de la neurodegeneración comienza mucho antes de que aparezcan los síntomas clínicos de demencia.
Actualmente hay 2 biomarcadores aceptados para el diagnóstico precoz del alzhéimer, la acumulación de beta-amiloide en el cerebro o el bajo contenido de Ab1-42 en el líquido cefalorraquídeo y el aumento de la proteína Tau CSF (t-tau) y la tau fosforilada (P-tau).
La ausencia simultánea de estos 2 biomarcadores permite descartar a las personas que no tienen alzhéimer, pero su presencia no permite diagnosticar esta patología con certeza. En la actualidad, el diagnóstico del alzhéimer es todavía probabilístico y requiere la presencia de síntomas clínicos.
Biomarcador para el alzhéimer familiar y esporádico
El nuevo biomarcador –una disminución de los niveles de ADN mitocondrial (mtDNA) circulante– identificado por el grupo de Trullas tiene la gran ventaja de poder ser medido de forma precisa utilizando ensayos de Reacción en Cadena de la Polimerasa (PCR).
La alteración en la concentración de mtDNA aparece hasta 10 años antes de los síntomas de la enfermedad y también precede a los cambios de Ab1-42 en el líquido cefalorraquídeo, que era la primera alteración en el alzhéimer conocida hasta el momento.
La investigación también ha comprobado que esta disminución de mtDNA circulante en el líquido cefalorraquídeo se produce tanto en el alzhéimer familiar, causado por mutaciones génicas, como en el esporádico.
Nuevas vías de investigación
“Es necesario realizar más estudios en modelos animales y ensayos clínicos terapéuticos en personas, para determinar si la reducción de mtDNA circulante en el líquido cefaloraquídeo refleja un factor etiológico en el proceso neurodegenerativo de la enfermedad de alzhéimer y si esta alteración de mtDNA puede ser modificada con tratamientos”, aseguran los expertos.
Una importante ventaja de la medición del ADN mitocondrial como un índice para la detección precoz del alzhéimer es que puede ser detectado con un análisis con técnicas rutinarias de PCR, lo que permitirá realizar esta prueba a muchas personas, en estudios longitudinales con mayor sensibilidad y especificidad.
Asimismo, el estudio publicado por el equipo de investigadores de CIBERNED abre una nueva vía de investigación y plantea una nueva hipótesis sobre las causas de la enfermedad.