Dos investigadoras de la Universidad Estatal de Kent (Ohio, EEUU) han demostrado que los exámenes no solo indican nuestra capacidad para memorizar sino que además ayudan a recordar la información más tarde. La clave está en que creamos pistas mentales más efectivas cuando somos examinados que cuando solo estamos estudiando.
“Aunque la mayoría de la gente asume que los exámenes son sólo una manera de evaluar el aprendizaje, una gran número de investigaciones han demostrado que estas pruebas pueden mejorar el aprendizaje”, explica a SINC Mary Pyc, coautora del estudio junto con Katherine Rawson, ambas investigadoras de la Universidad Estatal de Kent (Ohio, EEUU). El trabajo se publica en la revista Science.
Según las dos expertas que han realizado la investigación, estudiar para un examen - en particular para los que implican recordar algo de memoria - puede aumentar de forma muy eficaz la probabilidad de recordar dicha información.
“Teniendo en cuenta que se han realizado cientos de experimentos para establecer los efectos de los exámenes en el aprendizaje, es sorprendente que sepamos tan poco sobre por qué estas pruebas mejoran la memoria”, argumenta Pyc.
El experimento que se describe en este artículo indica que al menos existe una razón por la cual examinarnos es bueno para la memoria, “seguimos estrategias más eficaces de codificación que cuando solo estudiamos”, afirman las expertas.
Las “palabras clave” que empleamos para memorizar mejoran el aprendizaje
“Supongamos que estamos tratando de aprender vocabulario en lengua extranjera - que normalmente utiliza pares de palabras como por ejemplo en swahili-Inglés ‘wingu – cloud’ (nube en castellano). Para aprender esta palabra podríamos repetirla una y otra vez, pero no es una estrategia efectiva para memorizar algo”, declara Pyc.
Esta es la metodología que siguieron en su experimento, presentar a más de 100 estudiantes de un colegio universitario 48 pares de palabras en estos dos idiomas. “Escogimos el swahili porque es una lengua poco común, lo que significa que los estudiantes probablemente no tendrían una exposición previa a la misma”, explica la investigadora.
Para memorizar palabras en grupos de pares, la forma más efectiva era el desarrollo de una ‘palabra clave’ que conectara la palabra de la lengua extranjera con la de lengua propia. “Si creamos ‘wingu’ suena como ‘ala’ en inglés y las aves tienen alas y vuelan entre las nubes", pone como ejemplo el estudio.
Durante el periodo inicial de estudio se pidió a los estudiantes que pensaran en este tipo de pistas mentales –que las investigadoras denominan ‘mediadores’-, que suenan de manera similar a la entrada del idioma extranjero y que estan semánticamente relacionados con el término inglés.
En su estudio, Pyc y Rawson comprobaron que a los estudiantes a los que se les hizo un examen a mitad del proceso de memorización tuvieron mejores resultados en la prueba final que aquellos quienes no fueron examinados. “Además, durante ese primer examen, cuando pedimos a los estudiantes que recordaran sus propios mediadores hizo que mejoraran aún más sus resultados”, afirma Pyc.
La hipótesis de la investigación demostró que es más probable que los estudiantes recuerden los ‘mediadores’ utilizados durante los exámenes y que los que utilizan cuando simplemente estudian.
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Referencia bibliográfica:
Mary Pyc y Katherine Rawson, “Why testing improves memory: Mediator effectiveness hypothesis”. Science 331, 15 de octubre 2010.
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