Los programas de digitalización masiva que actualmente desarrollan las grandes bibliotecas públicas españolas, como la Biblioteca Nacional, requieren del apoyo económico de instituciones privadas para poder mantenerse, una tendencia que también apoya la Unión Europea. Ésta es una de las conclusiones que han planteado diversos expertos en archivos y bibliotecas reunidos en el curso de verano de El Escorial de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) “Los programas de digitalización masiva: llave del acceso universal al conocimiento”.
Belén Llera, directora técnica de la Biblioteca Nacional, explica a SINC que las tareas de digitalización de las grandes colecciones se está realizando en el marco de programas europeos como “2010: bibliotecas digitales”, con el objetivo de aumentar la digitalización de los fondos, y establecer estándares y motores de búsqueda que mejoren la accesibilidad y la preservación de la cultura europea.
Desde un principio, “la Comisión Europea apostó por la colaboración entre el sector público y privado para llevar a cabo esta tarea”, indica Llera. Ahora se está derivando la responsabilidad de la financiación hacia los Estados miembros para que encuentren fondos en el sector privado y lograr sostener los grandes proyectos de digitalización a largo plazo.
En el caso de la Biblioteca Nacional el socio elegido es Telefónica, “por ser una compañía vinculada a la información y la comunicación, e interesada en la formación en el ámbito latinoamericano”. En los próximos cuatro años se podrán digitalizar las obras más importantes de la Biblioteca Nacional: 15.000 manuscritos, 40.000 libros impresos de los siglos XVIII y XIX, 120.000 dibujos, grabados y fotografías, así como periódicos españoles e iberoamericanos, y se colgarán de la Red más de 25 millones de páginas.
La directora técnica señala que, en general, en este tipo de acuerdos el lado público se centra en poner al servicio de la ciudadanía el mayor número posible de obras u objetos por internet, y la parte privada, en los aspectos de responsabilidad social corporativa y de estrategia comercial, ya que las empresas colaboradoras pueden conseguir con su apoyo “acceder a nuevos canales o segmentos de mercado”.
La Biblioteca de la Universidad Complutense, “la segunda en España en número de volúmenes y con un importante fondo antiguo” -según ha destacado durante la inauguración del curso el rector de la UCM, Carlos Berzosa-, ha optado por la empresa de internet Google como socio patrocinador. José Antonio Magán, director de esta biblioteca, ha recordado que el anuncio de esta compañía en 2005 de digitalizar millones de libros ha supuesto “un proceso revolucionario y una trasformación radical en los procesos de digitalización masiva, y en nuestro caso, gracias a su ayuda en menos de dos meses llevamos ya el triple de lo digitalizado en los 13 años anteriores”.
Entre ambas instituciones se ha establecido un sistema de trabajo que incluye la elaboración de manuales de procedimiento, recomendaciones, uso de metodologías específicas para los conservadores y para los responsables de metadatos o de la web, así como bases de datos que se elaboran con una PDA para realizar un inventario previo sobre el estado de conservación de los ejemplares. “Es el sueño de cualquier bibliotecario”, dice Magán, “y además aprendemos de los demás en las reuniones internacionales de este proyecto global, en el que participan bibliotecas como la de Harvard y Standford (EE UU), Óxford (Reinio Unido) o Baviera (Alemania)”.
Carlos Berzosa ha señalado que con esta digitalización masiva se ponen los fondos bibliográficos “al servicio de todos los ciudadanos de nuestro país y del mundo, que cada vez más hablan español”, aunque ha añadido que la digitalización es importante para facilitar el acceso y las tareas de almacenamiento, pero que no hay que olvidar “la necesidad del conocimiento para discernir entre tanta información lo bueno de lo malo y de lo regular, y descubrir lo que realmente nos importa”.
En el curso también ha intervenido el director de Relaciones Institucionales de la Biblioteca Virtual Cervantes, Luis Rodríguez Moreno, quien ha recordado que este proyecto nació de una propuesta de la Universidad de Alicante pero que salió adelante gracias a la financiación del Grupo Santander y la Fundación Marcelino Botín, “aunque la idea es hacerlo lo más abierto posible”. La institución, presidida por el escritor Mario Vargas Llosa, actualmente incorpora representantes de diversos organismos públicos, tanto nacionales como autonómicos, además de diversos patrocinadores privados.
Esta biblioteca virtual, que difunde “las culturas hispánicas” en todo el mundo, ya ha superado el medio millón de páginas web servidas diariamente, y los datos correspondientes al pasado mes de junio indican que 16.892.107 páginas se ofertaron con éxito.
Para mantener este tipo de proyectos “la financiación es crucial, y sobre todo poder sostenerla a largo plazo, porque no cualquier empresa privada está por la labor”, ha destacado Rodríguez Moreno, “y quizá conseguir 1 millón de euros para un proceso de digitalización puede resultar relativamente sencillo, pero obtener 100.000 cada año para mantenerlo es lo realmente difícil”. En cualquier caso, concluye, “la labor a realizar es tan inmensa que hay espacio para todo tipo de casos”.