Los peces afectados por el Prestige acumulan metales con el tiempo

Un equipo de científicos valencianos y alemanes analiza la acumulación de metales pesados en diversas especies de peces de la costa atlántica perjudicada por el vertido de hidrocarburos, y en sus parásitos, que son excelentes biomarcadores para comprobar la procedencia del pez y el estado de su entorno. Las conclusiones llegarán este curso.

Los peces afectados por el Prestige acumulan metales con el tiempo
El equipo dispuso de muestras procedentes de diferentes estudios previos al accidente del petrolero en noviembre de 2002. Foto: RUVID.

Dirigido por Mercedes Fernández del Grupo de Zoología Marina del Institut Cavanilles de Biodiversitat i Biologia Evolutiva (Universitat de València), el estudio forma parte del proyecto "Utilidad de los parásitos de peces comerciales como indicadores del impacto ambiental de la contaminación marina". El objetivo del ha sido estudiar el impacto del vertido del Prestige usando los parásitos como indicadores.

“Se trataba de realizar un estudio temporal sobre los cambios en las comunidades de parásitos antes y después del vertido”, explica Fernández.

Disponían de muestras procedentes de diferentes estudios previos al accidente del petrolero en noviembre de 2002: uno financiado por la UE sobre la sobre la trazabilidad de la boga y otro con una empresa alimenticia para estudiar la incidencia del parásito Anisakis en la bacaladilla. “Esto nos brindaba una oportunidad única ya que la mayoría de los estudios sobre vertidos se limitan al análisis geográfico, es decir, a comparar la zona afectada con una que no resultó dañada, pero no existen estudios temporales como el que nosotros hemos llevado a cabo”.

Ana Pérez del Olmo colaboró en este proyecto de tres años de duración como parte de su tesis doctoral. Según sus resultados, los parásitos de diversas especies de peces con valor comercial (en este caso, de la boga y la bacaladilla) son indicadores de contaminación marina muy válidos. “Los parásitos sirven como bioindicadores ya que a través de ellos es posible comprobar desde la procedencia del pez o su biología hasta su comportamiento y el estado del entorno”, indica Pérez.

Otros estudios relacionados con los efectos del Prestige sobre el zooplancton o los peces no mostraban cambios significativos pero el Instituto Cavanilles sí los ha encontrado gracias a los parásitos, pues ofrecen una visión global del ecosistema.

A la espera de conclusiones

La segunda vertiente del proyecto, la parte que todavía no ha concluido, consiste en el estudio de la acumulación de metales pesados asociados al vertido de hidrocarburos en los parásitos y en sus hospedadores (pescados) para evaluar si también se observan cambios. Esta parte del proyecto se realiza en colaboración con un grupo experto en estas áreas procedente de la Facultad de Biología y Geografía de la Universidad Duisburg-Essen de Alemania, donde se encuentra Pérez.

Aunque se han presentado algunos resultados preliminares, la científica analiza más peces para tener un mayor tamaño muestral. Según la experta, se confirma que existe una cierta acumulación de metales en las especies estudiadas que está asociada al hidrocarburo del Prestige. A finales de este año prevé que finalicen los análisis y, tras el análisis de los datos, empezarán a publicar las conclusiones.

La estancia posdoctoral de Ana Pérez en la universidad alemanaestá financiada por la Fundación Alexander von Humboldt donde continúa con la utilización de parásitos como bioindicadores pero ahora procedentes de peces de río. Se trata de analizar la acumulación de metales pesados relacionando los resultados con el impacto de los cambios de temperatura del agua.

Fuente: RUVID
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