Un estudio realizado por la Universidad Carlos III de Madrid indica que hay una correlación directa entre la situación económica nacional y el aumento de las posturas contra la inmigración. El trabajo, que ha usado una muestra representativa de aproximadamente 35.000 empleados europeos, señala que los trabajadores más protegidos de la competencia muestran actitudes más favorables a la inmigración.
Existe una correlación directa entre la situación económica nacional y las características de los trabajos de los ciudadanos europeos y sus actitudes frente a la inmigración. Esta una de las conclusiones de un estudio publicado en Socio-Economic Review por el sociólogo Javier Polavieja, catedrático Banco Santander de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M), basándose en datos individuales y agregados provenientes de la Encuesta Social Europea, Eurostat y la OCDE.
En el plano macroeconómico, la investigación analiza el impacto de la crisis en las actitudes de los europeos frente a la inmigración. Para ello, el estudio estima la relación entre la caída del PIB y el cambio en las actitudes frente a la inmigración en una veintena de países europeos.
A partir de esos datos, se observa, en primer lugar, que la intensidad de la recesión influye de manera muy significativa sobre el aumento de las posturas contra la inmigración en Europa.
“Allí donde la recesión fue más severa es dónde aumentaron más las actitudes anti-inmigración, mientras que en los países donde la caída del PIB fue más moderada no se produjo ningún aumento en el rechazo a los inmigrantes”, afirma Polavieja.
En segundo lugar, agrega. "esta investigación demuestra que los países que habían experimentado un crecimiento mayor en la tasa de inmigración antes de la crisis, son los países donde las actitudes anti-inmigración se acrecentaron de manera más marcada en la recesión”.
Por otra parte, en el ámbito microeconómico, el estudio analiza tres características de los empleos que inciden en las actitudes frente a la inmigración. Estas variables son el grado de formación específica, los costes de monitorización y el peso relativo que tienen las tareas comunicativas frente a las manuales en cada ocupación. Estas cuestiones han sido seleccionadas porque determinan el grado de exposición de los trabajadores a la competencia en el mercado de trabajo.
Muestra representativa de 35.000 empleados europeos
Utilizando una muestra representativa de aproximadamente 35.000 empleados europeos, el estudio concluye que estas tres dimensiones están asociadas con las posiciones frente a la inmigración, de manera que aquellos trabajadores más resguardados de la competencia muestran actitudes más favorables a la inmigración y aquellos más expuestos a la competencia tienen actitudes más desfavorables, y esto con independencia de su nivel educativo, su ideología política o su grado de religiosidad, entre otra serie de controles actitudinales, psicológicos y sociodemográficos.
Este es un hallazgo muy relevante porque sugiere que las actitudes frente a la inmigración tienen bases micro-económicas objetivas que están relacionadas con el grado de exposición a la competencia laboral. “Existen muchos estudios sobre las actitudes frente a la inmigración, pero muy pocos han logrado identificar de manera precisa las bases microeconómicas del rechazo a la inmigración”, concluye Polavieja.
Este estudio ha contado con financiación del 6º Plan Nacional de Investigación Científica del Ministerio de Economía, Industria y Competitividad y del programa Horizonte 2020 de la UE.
Referencia bibliográfica:
Polavieja, J. G. (2016). "Labour-market competition, recession and anti-immigrant sentiments in Europe: occupational and environmental drivers of competitive threat". Socio-Economic Review, 14(3):395-417.