Entre 2002 y 2007, el gasto en ciencia de los países en desarrollo creció tres veces más que el de los países industrializados, según reveló ayer el Instituto de Estadísticas (UIS, por sus siglas en inglés) de la UNESCO, en la presentación en Nigeria de la tercera encuesta sobre ciencia y tecnología. El número de investigadores en los países empobrecidos saltó de 1.8 millones a 2.7 millones en el mismo periodo.
La III Encuesta sobre ciencia y tecnología de la UIS, realizada cada dos años para inventariar los recursos humanos y los gastos destinados a I+D en el mundo, ha demostrado que "en varios aspectos la brecha en las tasas de inversión en ciencia entre los países desarrollados y en desarrollo se está cerrando".
Mientras que el gasto en investigación y desarrollo (I+D) en los países industrializados creció en un tercio (32%) durante el periodo estudiado, los países empobrecidos duplicaron con creces sus gastos (103%): de 135.000 a 274.000 millones de dólares.
El aumento en el número de investigadores implica un salto en los países en desarrollo del 30 %de investigadores en 2002 y al 38% en 2007. Los resultados demuestran que la inversión en I+D también ha aumentado en estos países. Dicha inversión representaba el 1% de sus respectivos PIB en 2007, frente al 0,8% en 2002.
Las estadísticas de la III Encuesta fueron reunidas en 2008 y corresponden a 149 países y territorios en desarrollo. Tienen como base las cifras proporcionadas por los gobiernos nacionales.
Para Peter Tindemans, ex jefe del Foro Global de la Ciencia de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), “es poco probable que Estados Unidos invierta mucho más de su cifra actual de casi 2.75 % del PIB (en I+D), pero es muy probable que China crezca de su 1.6% actual a más del 2%”.
Geoff Oldham, ex presidente del Comité de Asesoramiento en Ciencia y Tecnología para el Desarrollo de la ONU, afirma que “la I+D es sólo uno de los insumos necesarios para la innovación". Y se pregunta si los países en desarrollo también han extendido su apoyo a los servicios de ciencia y tecnología. “Si no lo han hecho, podrían decepcionarse con el impacto de sus inversiones en I+D sobre la innovación. Esto ya ha pasado antes, especialmente en América Latina en la década de los '70”, añade.
Sospeter Muhongo, director ejecutivo del Consejo Internacional para la Oficina Regional de la Ciencia de África, señala que “los países desarrollados todavía representan el 80% de las publicaciones en revistas científicas, mientras que los países en desarrollo tienen solo el 20%”.
Diferencias y desigualdades
Las cifras ocultan grandes diferencias entre los países en desarrollo más avanzados y los países menos desarrollados. China, por ejemplo, incrementó su inversión en I+D a 1.5% de su PIB en 2007, y cuenta con más de la mitad (53%) de los investigadores de los países en desarrollo. Sólo otros seis países, además de China, han gastado más del 1% de su PIB en investigación.
Y, mientras que los países empobrecidos en su conjunto han invertido más del doble en I+D, esta cifra desciende a menos de tres cuartas partes del aumento (-73%) si se quita a China e India de los cálculos.
Aún con todo, en los 50 países menos desarrollados (definidos de acuerdo con el estándar de clasificación de las Naciones Unidas) hubo en promedio un aumento de 20% en investigadores. También hubo un discreto aumento (de 40 a 43) en el número de investigadores por millón de habitantes. Sin embargo, esos países todavía tienen sólo el 0.5% de todos los investigadores del mundo.
En Sudáfrica, el número de investigadores creció poco más de un tercio (31%) durante los cinco años. Esto representa también un aumento de 18% en el número de investigadores por millón de habitantes (de 51 a 60%), una cifra clave usada por los economistas como un indicador del compromiso del país con la ciencia.
En el resto de África, hubo un aumento más alto en el número de investigadores, que pasaron de 32.000 a 43.000 (un crecimiento del 34 %). Ningún otro país africano aparte de Sudáfrica está aportando más del 1% de su riqueza nacional en I+D, a pesar de que existe voluntad política, subraya Sospeter Muhogo.
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