Este rastro fósil, descubierto en 1978, constituye un impresionante registro de australopitecos caminando sobre cenizas volcánicas mojadas por la lluvia hace casi tres millones setecientos mil años. El nuevo análisis permite conocer mejor a este género extinto de primate.
Las huellas fósiles de Laetoli, Tanzania, han sido objeto de una amplia investigación sobre la locomoción, la velocidad, el tamaño corporal y el comportamiento de la especie responsable del rastro: Australopithecus afarensis, la misma a la que pertenece la célebre “Lucy”.
Este paseo, uno de los más famosos de la historia de la humanidad, quedó registrado en una de las localidades con pisadas, denominado Sitio G, con el paso de tres individuos caminando en una misma dirección, con uno de ellos pisando sobre las huellas dejadas por otro de mayor tamaño. Todas se atribuyen a los australopitecos.
Hasta ahora no se había podido saber con seguridad si estos tres homininos caminaron por separado o si lo hicieron juntos y, en este caso, qué relación tuvieron sus respectivos movimientos.
Un equipo de investigadores de varias universidades españolas, encabezado por Javier Ruiz, de la Universidad Complutense de Madrid y del que forma parte también Juan Luis Arsuaga, director Científico del Museo de la Evolución Humana de Burgos (MEH), ha publicado un nuevo trabajo que revela que caminaban en paralelo y bastante juntos, a un buen paso.
“En primer lugar, calculamos las estaturas de los homininos de los yacimientos G y S utilizando proporciones adecuadas entre la longitud de las huellas. A continuación, calculamos las velocidades de los rastreadores del yacimiento G a partir de una escala de longitud de zancada-velocidad para humanos”, apuntan en el estudio.
Para lograr estos resultados, que publica la revista Ichnos, usaron un modelo digital de alta resolución de las huellas, sobre el que se han calculado las velocidades de los homininos de Laetoli y sus trayectorias. La velocidad a la que caminaron resultó ser muy parecida, por lo que debieron de desplazarse juntos.
Al analizar en detalle la trayectoria de los dos individuos de menor tamaño, los científicos han encontrado evidencias sólidas de que marchaban en paralelo y al mismo tiempo, uno al lado del otro. “La forma de sus trayectorias es casi indistinguible desde un punto de vista matemático”, explican en un comunicado del MEH.
Uno de los individuos fue probablemente un macho, mientras que el otro debió ser una hembra o un individuo juvenil (con estaturas respectivas de alrededor de 1,40 metros y 1,20 metros). Además, es muy probable que ambos siguieran de cerca al individuo de mayor tamaño, que con toda probabilidad debió corresponder a un macho extraordinariamente grande para su especie (de 1,60 o 1,70 metros de estatura).
“Esta investigación demuestra que el cálculo detallado de velocidades y trayectorias a partir de rastros de pisadas fósiles permite deducir aspectos del comportamiento de homininos millones de años después de que estos dejaran las marcas sobre la superficie. Las huellas de Laetoli son, a fin de cuentas, comportamiento fosilizado de nuestros remotos antepasados”, concluyen.
Referencia:
Javier Ruiz et al. “The speed and displacement of the Laetoli Site G track-maker hominins”, Ichnos