Tres investigadores españoles han participado en su síntesis

Logran que la heparina sintética sea un anticoagulante seguro y de rápida obtención

La heparina, uno de los anticoagulantes más demandados en medicina, puede obtenerse ya, de forma sencilla y rápida, en el laboratorio. El compuesto sintético es, además, de gran pureza y sin los riesgos que conlleva su extracción a partir de animales. La síntesis de heparina, logro de un equipo internacional de investigadores, es uno de los avances científicos más destacados del 2008, según publica la Real Sociedad Española de Química en su último número de la revista Anales de Química.

Francisco Corzana
Francisco Corzana en los laboratorios de la Universidad de La Rioja

En el equipo que ha conseguido sintetizar la heparina, dirigido por Robert Linhardt, del Instituto Politécnico Rensselaer (IPR) de Nueva York, participan tres españoles: Jesús Jiménez-Barbero y Lidia Nieto, del Centro de Investigaciones Biológicas del CSIC, y el investigador de la Universidad de La Rioja Francisco Corzana. Los resultados de sus investigaciones fueron publicados el pasado mes de septiembre en el Journal of the American Chemical Society, una de las revistas sobre Química más prestigiosas en Estados Unidos.

“La heparina obtenida en el laboratorio tiene un elevadísimo grado de pureza - señala Corzana – y evitamos los riesgos de infecciones y contaminación que conlleva su obtención de fuentes animales”. Hasta ahora este anticoagulante, muy empleado en medicina para la disolución de trombos, sólo podía extraerse del intestino de animales como el cerdo. Esto implica una importante labor de purificación para separarla de otros componentes y fuertes medidas de control que eviten la transmisión de enfermedades a los humanos.

Aún así, se han producido casos de contaminación como el detectado en marzo del año pasado, que ocasionó la muerte por reacciones alérgicas de, al menos, 19 personas en Estados Unidos y afectó de forma negativa a cientos de enfermos en varios países. La síntesis química permitirá a los fabricantes de este fármaco un gran control sobre su seguridad y pureza, simplificando el proceso de obtención y los controles sanitarios.

La obtención de heparina en el laboratorio se realiza combinando compuestos químicos y microorganismos. En concreto, explica Corzana, “se utiliza una bacteria (la E. Coli) que ha sido modificada genéticamente para que sea capaz de originar heparina a partir de esos compuestos”. Por el momento se han obtenido cantidades muy pequeñas (miligramos), pero se espera disponer de grandes dosis utilizables por la industria farmacéutica en un plazo de 5 años.

La participación de los científicos españoles en esta investigación ha consistido en la validación del producto obtenido por síntesis y en el estudio de su comportamiento en el agua. Para ello el Centro de Investigaciones Biológicas del CSIC (Madrid) se ocupó de analizar mediante resonancia magnética nuclear las muestras de heparina recibidas de EEUU, y en la Universidad de La Rioja se interpretaron, con ayuda del ordenador, los datos así obtenidos.

“Además de lograr su síntesis -añade Corzana- estos estudios nos dan un conocimiento mucho más preciso del que existía hasta ahora sobre el comportamiento de la heparina en el agua, que es el medio fisiológico en el que se encuentra. Este hecho nos permitirá entender mejor cómo actúa en el organismo y obtener, en un futuro, fármacos todavía más eficientes”.

Fuente: Universidad de La Rioja
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