Un equipo de expertos de la Universidad Politécnica de Valencia está desarrollando un sistema de control y gestión de catástrofes naturales cuya principal novedad radica en la utilización de lo que se conoce como “lluvia de sensores”, una técnica hasta ahora usada fundamentalmente para control de fronteras de forma estática, según apunta el investigador y catedrático del Departamento de Comunicaciones, Manuel Esteve.
Estos sensores, lanzados y distribuidos desde un helicóptero, transmitirán su posición al puesto de mando desde el que se gestiona la emergencia y monitorizarán la temperatura, humedad, concentración de oxígenos y parámetros NBQ (amenazas de tipo nuclear, químico o bacteriológico). Además, una de las principales ventajas que aportará la “lluvia de sensores” es que permitirá obtener información de aquellas zonas que, por su peligrosidad u otras características del terreno, impidan el acceso de los equipos de emergencia.
“El sistema contará con una red de sensores distribuida por toda la zona, pudiendo, de este modo, monitorizar completamente el siniestro sin intervención humana, sin tener que desplegar efectivos a esa zona, con el fin de contribuir a la máxima eficacia en la gestión y actuación en emergencias”, apunta Manuel Esteve.
Los trabajos se centran fundamentalmente en la gestión de incendios forestales de grandes dimensiones, aunque el sistema se puede aplicar en múltiples casos como, por ejemplo, inundaciones, emergencias nucleares o químicas.
El proyecto supone la continuación de los trabajos desarrollados el año pasado y que dieron como resultado un prototipo que formó parte del proyecto europeo MARIUS. El prototipo, denominado SIMAGEM (Sistema de Mando y Control para Gestión de Emergencias), consistía en uno o varios puestos de mando, una red de comunicaciones inalámbrica de alta capacidad y el equipamiento individual para los equipos de emergencia, dotado con un receptor GPS, una cámara de vídeo IP y sensores biológicos.
“Con este prototipo la persona que está en el puesto de mando está viendo por los ojos del bombero lo que está pasando en primera línea de fuego”, explica Esteve. Ahora, con este nuevo proyecto, se podrá completar toda esta información con aquella que registre el conjunto de sensores distribuidos en la zona.
Escenario: emergencia tóxica
En el desarrollo de este proyecto (“Integración de redes de sensores en sistema C4ISR para gestión de emergencias”), los investigadores de la UPV parten del siguiente escenario: un incendio forestal de grandes dimensiones que está a punto de entrar en una zona industrial donde existen empresas que utilizan productos tóxicos y otras que trabajan con productos inflamables.
“Para conocer la evolución del incendio en la zona industrial cuando ésta sea alcanzada, se despliega una segunda red de sensores desatendidos por toda la zona, que monitorizarán: temperatura, humedad, concentración de oxígeno, parámetros NBQ. Los medios humanos y vehículos también están dotados de sensores NBQ. Dado que la zona ha sido desalojada, se despliega una tercera red perimetral de sensores de presencia para detectar el acceso a la zona de personal no autorizado, dado que el personal de gestión de la emergencia está equipado con un dispositivos radio de de identificación por parte de los sensores”, explica Manuel Esteve.
En los puestos de mando se fusionará la información recibida por los sensores, obteniendo entre otras informaciones de ayuda a la toma de decisiones, la posible evolución del incendio y de las nubes tóxicas que el incendio puede provocar.