Un estudio va a analizar las características geológicas de las zonas vinícolas de la provincia de Zamora: Toro, Tierra del Vino, Arribes del Duero y Valles de Benavente (las tres primeras con Denominación de Origen). El proyecto de la Universidad de Salamanca pretende estudiar la relación entre las propiedades de un terreno y la calidad del vino que produce, una idea premiada por la Fundación Científica Caja Rural.
Les queda un largo año por delante. Mariano Yenes, como director del estudio, junto a sus compañeros Begoña Fernández y Serafín Monterrubio, son los tres profesores del Departamento de Geología de la Universidad de Salamanca, adscritos a la Escuela Politécnica de Zamora, que, en doce meses, van a catalogar geológicamente las cuatro zonas productoras de vino de la provincia de Zamora: Toro, Tierra del Vino, Arribes y Valles de Benavente.
El plazo lo ha impuesto el premio otorgado el pasado mes de septiembre por la Fundación Científica Caja Rural a este proyecto de investigación, que surgió con el inicio del primer Máster de Enoturismo en el campus Viriato. "Desde la dirección nos plantearon la posibilidad de ofrecer unas ponencias sobre la relación entre la geología y la producción vitivinícola, que nosotros quisimos particularizarlas en Zamora, porque vamos a hacer algunas salidas al campo con los alumnos del máster, para mostrarles sobre el terreno esta relación. Después, llegó el premio y es perfecto, porque nos lo financia", reconoce el director del proyecto, Mariano Yenes.
El estudio es muy ambicioso: presentar una cartografía geológica y geomorfológico de las cuatro zonas productoras. "Tendrá que darnos tiempo en un año, quizá no alcancemos la profundidad deseada, pero lo que está claro es que tenemos que ajustarnos al tiempo e intentar lograr todos los objetivos", señala su compañera Begoña Fernández. Por el momento, ya han comenzado con las visitas a los terrenos que van a estudiar. Mientras que las zonas de Valles de Benavente, Tierra del Vino y Toro tienen características más similares, "todos pertenecen a los sedimentos terciarios de la cuenca del Duero", revela Yenes, la zona de Arribes tiene su peculiaridad. "Son rocas paleozoicas de más de trescientos años de antigüedad, geológicamente muy particulares, por lo que creemos que esas características se tienen que trasladar a la calidad del vino", explica Yenes.
Una vez localizado el sustrato rocoso y tomadas las muestras, vendrá el trabajo de laboratorio, donde tendrá un papel importante el centro de Geotecnia de la Politécnica de Zamora. "Aquí se harán los ensayos granulométricos para conocer las características y tamaño de las partículas de los suelos, el contenido de materia orgánica o los datos de plasticidad y contenidos en carbonatos", detalla el tercer miembro del grupo, Serafín Monterrubio. Análisis químicos y mineralógicos y difracción de rayos x completarán este tramo del estudio.
Cartografía
"Al final, obtendremos esa cartografía geológica, con la que sabremos el tipo de roca que se encuentra, y geomorfológica, para ver el relieve del terreno, que es una variable muy importante a la hora de ver la calidad del vino, ya que influye en el clima", explica Mariano Yenes, quien desea dejar claro que este estudio "se centra en el sustrato rocoso sobre el que se desarrollan los suelos, no los suelos mismos, porque somos geólogos, no edafólogos", aunque con estos expertos y con ingenieros agrónomos tendrán que contar cuando su estudio esté más avanzado, "porque son los que trabajan con suelos agrícolas. Pero eso sería en la última parte del proyecto, que quizá se deje para más adelante", relata Yenes.
No obstante, estos científicos no se consideran pioneros con su proyecto, ya que existen lugares en España donde las características geológicas de los viñedos han sido estudiadas. "Hay zonas, como la Denominación de Origen de Lanzarote o del Priorato, en Tarragona, que tienen bastante información geológica al respecto por sus peculiaridades", comenta Yenes. Sin embargo, reconoce que este tipo de estudios "hay que empezar a realizarlos, porque los geólogos podemos aportar algo al mundo del vino que cada día está más de moda. Y para Zamora, con cuatro zonas productoras, puede llegar a ser muy importante".
Cuando este estudio finalice, los resultados se pondrán al servicio de las Denominaciones de Origen, las bodegas, los enólogos y los consejos reguladores. "Lo importante del vino es dónde se ha hecho, porque le influye el clima, el suelo y la geología. Lo que nosotros vamos a proporcionarles es una información sobre el medio físico que para ellos puede llegar a ser fundamental, hasta el punto de condicionar la producción al terreno y relacionarla con sus características", finaliza el profesor Yenes.