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Agencia Sinc

Las nubes de polvo africano contribuyen a superar los límites de partículas en suspensión en Madrid

Un estudio liderado por investigadores del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT) ha estimado que, entre 1999 y 2005, el 23% de las superaciones del valor límite diario de concentración legal de partículas en suspensión (PM10) en Madrid se produjeron bajo los efectos de episodios de transporte de partículas a larga distancia, como el polvo desértico africano y contaminantes de países del centro y este de Europa.

Las nubes de polvo africano contribuyen a superar los límites de partículas en suspensión en Madrid
Nube de polvo africano acercándose a la Península Ibérica (febrero 2001). Foto: SeaWifs Project, NASA GSF y ORBIMAGE

Las partículas en suspensión son, junto con el dióxido de nitrógeno y el ozono, los contaminantes más problemáticos en las ciudades europeas como Madrid. Según la Comisión Europea la polución causa en España 16.000 muertes prematuras al año. El trabajo, publicado en Science of the Total Environment y dirigido por Pedro Salvador, investigador del departamento de medio ambiente del CIEMAT, se centra en dos tipos de partículas dañinas: las PM10, de tamaño inferior a 10 micras; y las PM2.5, menores de 2.5 micras y asociadas mayoritariamente a las emisiones del tráfico.

Las mediciones, realizadas en distintos escenarios rurales y urbanos de la Comunidad de Madrid, demuestran que las nubes de polvo africano influyen en la superación del valor límite diario legal de PM10, establecido en 50 microgramos por metro cúbico el cual no debe superarse en más de 35 días al año, aunque según ha explicado Salvador a SINC, “éste no es el factor más importante”.

Fuentes como el tráfico y los procesos de combustión asociados a las instalaciones de agua caliente y de calefacción contribuyen mucho más al aumento de los niveles de contaminación de Madrid que el polvo africano, pero éste también debe tenerse en cuenta, sobre todo, en episodios puntuales. “Estas partículas tienen un origen mineral, su llegada a la Península es más frecuente en los meses de primavera y verano, con una duración media de 2 a 7 días”, explica a SINC el científico.

Además, se han hecho mediciones en áreas rurales de la Comunidad de Madrid alejadas del entorno urbano. Como era de esperar, se producen menores superaciones del valor límite diario, “un hecho normal”, según Salvador, “al no tener cerca el efecto humano”, aunque una mayor proporción de las mismas es atribuible al polvo desértico africano.

Las partículas más pequeñas son las más dañinas

Por otra parte, los investigadores han analizado la influencia de las partículas de tamaño inferior a 2.5 micras, las denominadas PM2.5, que incluyen a los metales pesados y otros compuestos orgánicos y son las que producen los efectos más nocivos. “Gracias a su pequeño tamaño las PM2.5 tienen mayor capacidad para penetrar en el sistema respiratorio humano que las más gruesas”, indica Salvador.

En este caso, el estudio aporta un hecho novedoso: los niveles de PM2.5 de la ciudad de Madrid no sólo proceden del tráfico y de otras fuentes locales, sino que existe una cantidad, aún por determinar, que, bajo determinados patrones meteorológicos, se ha desplazado a gran distancia procedente del centro y este de Europa.

Distintos escenarios en 7 años

Durante un periodo de 7 años, desde 1999 a 2005, Salvador y su equipo han evaluado cuatro escenarios distintos localizados en diferentes zonas de la comunidad de Madrid que incluyen una vía de gran afluencia de tráfico, un núcleo urbano a pocos kilómetros de la ciudad, las afueras de un pueblo en un entorno rural y un emplazamiento situado “en pleno campo”, alejado de las fuentes de origen humano.

Para los investigadores, los resultados deben tenerse en cuenta a la hora de diseñar estrategias efectivas de reducción de los niveles de concentración de partículas en la región de Madrid, en especial sobre las PM2.5. “Son contaminantes producidos en una elevada proporción por actividades realizadas por el ser humano, por lo que las autoridades pueden ejercer algún tipo de control sobre las mismas y evitar o minimizar de esta manera sus efectos adversos en el medio ambiente y la salud”, concluye Salvador.

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Referencia bibliográfica:

Pedro Salvador, Begoña Artíñano, Xavier Querol y Andrés Alastuey. “A combined analysis of backward trajectories and aerosol chemistry to characterise long-range transport episodes of particulate matter: The Madrid air basin, a case study”. Science of The Total Environment, 390 (2-3) 495-506. FEB 2008.

Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons
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