El grupo de investigación dirigido por Mercedes Ferrer, Profesora Titular del Departamento de Fisiología de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid, se ha centrado en analizar la influencia de las hormonas sexuales endógenas sobre la función vascular en modelos animales.
Estudios epidemiológicos han puesto de manifiesto que la incidencia de enfermedades cardiovasculares es menor en mujeres premenopáusicas que en hombres de la misma edad, y que tras la menopausia el riesgo de sufrir dichas enfermedades se aproxima al de los hombres. La explicación que subyace en este fenómeno es el efecto que las hormonas sexuales ejercen sobre la función vascular. Tradicionalmente, se han descrito efectos beneficiosos de los estrógenos y deletéreos de los andrógenos sobre el sistema cardiovascular.
Sin embargo, estos conceptos se están cuestionando actualmente, ya que existen estudios que muestran que las terapias sustitutivas con estrógenos no sólo no producen ningún beneficio, sino que inducen riesgos sobre la función cardiovascular. Por otra parte, se ha puesto de manifiesto una correlación entre hipotestosteronemia e incidencia de enfermedades cardiovasculares, sugiriendo un posible papel protector de los andrógenos sobre la función vascular en hombres.
A la vista de estos datos, la línea de investigación del grupo dirigido por la Dra. Ferrer se centra en analizar, en modelos animales, la influencia de las hormonas sexuales endógenas en ambos sexos sobre la función vascular.
El mantenimiento de una función vascular adecuada viene determinado, entre otros factores, por un equilibrio entre la producción y/o biodisponibilidad de sustancias vasodilatadoras y vasoconstrictoras. Entre las sustancias originadas en la pared vascular con un importante papel en la modulación del tono vascular destacan el óxido nítrico (NO), con efecto vasodilatador, y prostanoides producidos por la ciclooxigenasa 2 (COX-2), con efecto dual, vasodilatador y vasoconstrictor.
En el contexto de nuestras observaciones sobre el efecto que las hormonas sexuales, masculinas y femeninas, ejercen sobre la liberación de distintas sustancias vasoactivas, merece especial mención su papel en la generación de especies reactivas de oxígeno. En este sentido, el grupo dirigido por Ferrer ha realizado varios trabajos de investigación publicados en Nitric Oxide, Journal of Endocrinology, Neuroendocrinology, Cardiovascular Research, entre otras revistas científicas, que ponen de manifiesto el papel antioxidante de las hormonas sexuales, masculinas y femeninas, ya que su ausencia incrementa la formación de especies reactivas de oxígeno, como el anión superóxido y el peroxinitrito. A su vez, estas sustancias disminuyen la biodisponibilidad de NO y activan la COX-2 incrementando, por tanto, la formación de distintos prostanoides. Estas modificaciones constituyen el desencadenante de alteraciones que, mantenidas en el tiempo, darán lugar a la instauración de distintas patologías vasculares.
En el trabajo recientemente publicado en la revista Cardiovascular Research (Martorell et al., 2008) y en otro enviado a publicar, realizados en aorta de ratas macho y hembras, se ha puesto de manifiesto que las hormonas sexuales, tanto masculinas como femeninas, ejercen un papel beneficioso sobre la función vascular.
Los resultados obtenidos muestran que la ovariectomía bilateral (extirpación quirúrgica de los dos ovarios) y la orquidectomía bilateral (extirpación quirúrgica de los dos testículos): no modifican la liberación de NO endotelial, mientras que disminuyen su biodisponibilidad; incrementan la expresión de la COX-2 e inducen un desequilibrio en la producción y efecto vasomotor de prostanoides vasoconstrictores y vasodilatadores, siendo éstos últimos los predominantes. Estos resultados per se indican una desventaja para la función cardiovascular de ratas en las que la función gonadal está ausente. Sin embargo, también ponen de manifiesto la participación de distintas vías de señalización que actúan simultáneamente para suplir las alteraciones anteriormente comentadas y mantener una función vascular adecuada.
Es importante tener en cuenta que en situaciones en las que se produce una disminución de las hormonas sexuales, como en el envejecimiento, frecuentemente se asocian a la aparición de alteraciones cardiovasculares que disminuyen notablemente la calidad de vida. Por ello, el conocimiento de cómo los niveles de hormonas sexuales participan en el desarrollo de alteraciones vasculares, tiene un enorme interés desde el punto de vista preventivo, porque conociendo los mecanismos de acción implicados se podrían aplicar estrategias terapéuticas adecuadas.