“La temperatura media en Navarra ha aumentado un grado en los últimos treinta años”, recoge un estudio realizado por Verónica Delgado, bióloga de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Navarra, y dirigido por María Luisa López. El trabajo analiza la tendencia de la temperatura y la precipitación en Navarra durante el periodo 1977-2006. Los datos contrastan con los resultados del periodo anterior (1938-1976), en el que la temperatura tendió hacia cierto enfriamiento.
El estudio desarrollado en el Departamento de Biología Vegetal compara los resultados obtenidos según su localización y época del año. Para ello divide la geografía navarra en zona norte y sur. “Ambas tienen características climáticas distintas”.
Con respecto a la temperatura media anual, los datos recogidos estiman que se ha producido un incremento de 0,32 ºC por decenio. “El mayor aumento de temperatura se ha detectado en los meses de mayo y junio, y de forma más significativa en el norte de Navarra que en el sur”, explica Verónica Delgado.
Veranos más secos
La precipitación es una variable que fluctúa mucho y las tendencias dependen de la escala a la que se estudien, anual, estacional o mensual. “Muchas veces aunque a nivel anual detectemos un descenso de precipitación, si analizamos detalladamente los datos vemos que hay un aumento significativo en determinados meses del año. En términos generales, la precipitación anual en Navarra no varía significativamente.
Sin embargo, a nivel mensual sí se aprecia una disminución de un 20% en mayo, y un aumento de entre un 22 y 38% en septiembre. El aumento de temperatura y el descenso de precipitación observado en mayo hacen pensar que este mes se acerca a las condiciones más propias del verano; es decir, el verano tiende a adelantarse, lo que puede intensificar las condiciones de sequía durante los meses de verano. Sin embargo, esta situación parece recuperarse en otoño debido al aumento de precipitación observado en septiembre”, explica la investigadora en formación de la Universidad de Navarra.
“De todas formas, aunque las tendencias generales observadas indiquen un aumento de la temperatura anual, un descenso de la precipitación de mayo y un aumento de la precipitación de septiembre, se detectan años e incluso meses especialmente fríos o lluviosos, puesto que dentro de la propia tendencia hay una variación. Es lo que ocurrió precisamente el pasado mes de mayo, que fue excepcionalmente lluvioso", matiza Verónica Delgado.