Un equipo internacional de científicos, liderado por españoles, ha descubierto en ámbar de Teruel uno de los fósiles de mantis religiosa más antiguos del mundo, con una edad de 105 millones de años. Aragonimantis aenigma –‘la enigmática mantis religiosa aragonesa’–, cuya primitiva morfología recuerda mucho a las cucarachas, es la primera mantis religiosa fósil hallada en España.
Las mantis religiosas son insectos muy conocidos por la postura que adoptan, sus movimientos, su cabeza triangular y sus patas anteriores prensoras, provistas de espinas, para atrapar a sus presas. También son muy populares por el curioso comportamiento que tienen las hembras de algunas especies que decapitan al macho durante la cópula y lo devoran para, de esta forma, aportar nutrientes para la formación de la puesta.
Sin embargo, pocos saben que se trata de un grupo que se originó a partir de las cucarachas, que está también estrechamente emparentado con las termitas, y que presenta en la actualidad una gran diversidad de hasta 2.400 especies distintas. Las mantis viven en hábitats variados, como los desiertos africanos o las selvas de Asia, generalmente en climas cálidos.
En el registro fósil las mantis religiosas son muy escasas porque que corresponden a insectos depredadores y están menos presentes en los ecosistemas en comparación con los que se alimentan de productos vegetales. El nuevo ejemplar, hallado en 2010 en el yacimiento de ámbar de San Just en Utrillas (Teruel), es la primera mantis religiosa fósil encontrada en España, aparte del fósil de una posible ala suelta procedente de rocas de la Sierra del Montsec que no ha sido investigada todavía.
El estudio, publicado en Cretaceous Research, revela que Aragonimantis aenigma –‘la enigmática mantis religiosa aragonesa’–, como la han denominado, data de unos 105 millones de años de antigüedad (periodo Cretácico), por lo que es una de las mantis más antiguas conocidas en el mundo. Según los autores, las más antiguas se han encontrado en Mongolia y son unos 35 millones de años anteriores al ejemplar de Teruel.
Una pata prensora que la distingue de las demás
La nueva mantis hallada tiene una morfología muy primitiva y recuerda a las cucarachas, grupo del que surgieron las mantis, probablemente, al final del periodo anterior, el Jurásico. El ejemplar atrapado en la resina era una ninfa que no había alcanzado el estado adulto. Aunque su tamaño es diminuto se ha podido conservar su parte anterior: cabeza, patas prensoras para cazar (que medían totalmente extendidas 7,5 mm de longitud), patas medias y otras partes del tórax.
Aspecto general de Aragonimantis aenigma. / Fundación Dinópolis
“Precisamente lo que se ha conservado de ella es lo más importante para caracterizar estos insectos, por ello se ha podido distinguir del resto de mantis conocidas, tanto fósiles como actuales, principalmente por la dotación única de espinas en las patas prensoras para cazar”, señalan los científicos de la Universidad de Barcelona, del Instituto Geológico y Minero de España (IGME) y la Universidad Complutense, entre otros.
Ante la escasez de fósiles, cualquier hallazgo permite reconstruir la evolución de este grupo tan conocido de insectos. En el caso de Aragonimantis aenigma se desconoce la familia a la que pertenece, pero se ha podido determinar que está estrechamente emparentada con el género Burmantis, un grupo de mantis hallado en el ámbar de El Líbano y Myanmar (antigua Birmania).
“No es sorprendente si se tiene en cuenta que anteriormente se habían observado similitudes estrechas entre las faunas de insectos de los ámbares de España y los de Myanmar y El Líbano”, recalcan los autores, que han trabajado con expertos de EE UU, Francia, Reino Unido y El Líbano. El fósil se conserva en la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis (Museo Aragonés de Paleontología).
Referencia bibliográfica:
Delclòs, X.; Peñalver, E.; Arillo, A.; Engel, M.S.; Nel, A.; Azar, D. y Ross, A. “New mantises (Insecta: Mantodea) in Cretaceous ambers from Lebanon, Spain and Myanmar” Cretaceous Research 60: 91-108 (2016)