La primera mujer que desde principios de año dirige la Fundación Europea de la Ciencia (FEC), Marja Makarow, ha declarado que la incorporación de las mujeres a la investigación científica es, en parte, una cuestión de percepción. Según ella, las mujeres tienden a dedicarse a ámbitos relacionados, en cierta manera, con los seres humanos, las sociedades, los animales y el entorno, por lo que esta tendencia se puede aprovechar para aumentar su papel en las áreas científicas y tecnológicas.
Makarow ha puesto como ejemplo los cursos de tecnología de la información y la comunicación que se imparten en la Universidad Tecnológica de Helsinki, en Finlandia, su país natal. A pesar de las campañas dirigidas a las niñas en edad escolar, la proporción de mujeres que se inscriben en esos cursos se aproxima al 10%.
Sin embargo, cuando posteriormente se creó un programa denominado ‘tecnología de la bio-información' , alrededor del 70% de las nuevas solicitudes las realizaron mujeres, por lo que propone que también otros cursos podrían orientarse de la misma manera.
La Profesora Makarow, bioquímica de formación, pero dedicada a la política científica europea desde hace una década, destaca la importancia de estimular más a las mujeres y proporcionarles modelos de responsabilidad en la ciencia, aunque reconoce que el problema “es complicado”.
Para los investigadores de países pequeños como el suyo, señala, “es fundamental pasar una temporada en el extranjero si desean avanzar en sus carreras”. Sin embargo, las mujeres que tienen hijos pequeños lo tienen más difícil para viajar al extranjero a realizar sus estudios postdoctorales, lo que supone una verdadera desventaja con respecto a los hombres. “Es un asunto delicado y difícil, pero hay que preocuparse por esta cuestión”, concluye.
Respecto a sus prioridades al frente de la FEC, Makarow ha destacado la necesidad de una mayor coordinación con la Comisión Europea, así como el papel que pueden desempeñar los Forward Looks de la institución como una herramienta útil para asesorar y animar a los países a invertir más dinero en los programas comunes de investigación.