Ésta es la conclusión de un estudio realizado por investigadores de la Universidad Carlos III de Madrid en colaboración con el Banco de España y la Fundación de Estudios de Economía Aplicada, que presenta resultados similares a los obtenidos en muchos países europeos y en EE UU.
El estudio, que se ha realizado a lo largo de dos años, surgió tras observar el incremento de las tasas de inmigración en España, básicamente durante la segunda mitad de los años 90, comenta una de las autoras de estas investigación, Raquel Carrasco, del departamento de Economía de la Universidad Carlos III de Madrid: “España ha pasado de ser un país de emigración neta positiva a ser un país receptor neto de inmigrantes”, explica. Según los datos utilizados por los autores, la población extranjera ha pasado de 350.000 habitantes en 1991 a más de 3,5 millones de inmigrantes en 2005. Es decir, de aproximadamente un 1% a casi un 8,5% de la población total en 2005. Y subiendo.
Este incremento de trabajadores extranjeros ha suscitado ciertos “temores” en parte de la sociedad, por lo que “esta nueva situación hace que se susciten cuestiones relevantes, como puede ser la del impacto de la masiva llegada de inmigrantes a nuestro mercado de trabajo sobre las condiciones laborales de los trabajadores nativos”, explica Raquel Carrasco. La conclusión es contundente: “No hemos encontrado efectos negativos significativos sobre el salario, ni tampoco sobre las tasas de empleo de los trabajadores españoles como consecuencia de la llegada de nueva mano de obra”, sentencia la investigadora.
Sin diferencias significativas
El estudio se ha basado tanto en los datos del Censo de trabajadores, dependiente del hasta hace pocos meses conocido como Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, actual Ministerio de Trabajo e Inmigración, que engloba teóricamente a los trabajadores legales y a los ilegales. El método de trabajo les permitió comparar ambos segmentos de población: “Comparamos los resultados (del Censo) con los obtenidos utilizando datos de una encuesta, donde supuestamente sólo están los legales y no encontramos diferencias significativas”, apunta Raquel Carrasco.
La investigación no ha sido un camino de rosas para los autores del estudio, Raquel Carrasco, de la UC3M, Juan Francisco Jimeno, del Banco de España, y Carolina Ortega, de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada. Como señala Carrasco, “la mayor dificultad que tuvimos a la hora de realizar la investigación fue, sin lugar a dudas, la mala calidad de los datos, fundamentalmente de los datos de los salarios”.
Con esta interesante conclusión parece evidente la consecuencia de la llegada de trabajadores inmigrantes a nuestro país. Para Carrasco, “claramente hay un efecto de complementariedad entre ambos tipos de trabajadores, en lugar de sustitución, al menos durante el periodo de tiempo objeto de nuestro análisis, que llega únicamente hasta el año 2002”.
Este trabajo realizado mediante datos estadísticos y económicos ha sido publicado recientemente en la revista Journal of Population Economics bajo el título "The effect of Immigration on the Labor Market Performance of Native-Born Workers: some Evidence for Spain".
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