La Escuela de Fisioterapia de la Universidad de Alcalá desarrolla un proyecto pionero en España que demuestra que la fisioterapia aplicada precozmente es capaz de prevenir y retrasar la aparición de linfedema en mujeres sometidas a cirugía por cáncer de mama.
La Unidad Docente Asistencial de Investigación en Fisioterapia (UDAIF) de la Escuela de Fisioterapia de la UAH atiende en estos momentos a 239 pacientes derivadas del servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Universitario Príncipe de Asturias que han sido intervenidas de cirugía mamaria con linfadenectomía axilar –es decir, que han sufrido la extirpación de ganglios linfáticos axilares– gracias a un proyecto de investigación pionero en España que ha demostrado que la fisioterapia aplicada precozmente es capaz de prevenir y retrasar la aparición de linfedema, uno de los grandes problemas que afecta a este tipo de pacientes. Los resultados de esta investigación acaban de publicarse en la British Medical Journal.
El linfedema es la hinchazón del brazo como consecuencia de la extirpación de los ganglios de la axila. La falta de estos ganglios puede desencadenar la acumulación de líquido intersticial en el brazo del mismo lado de la intervención, provocando un aumento de su tamaño. Esto impide hacer correctamente las actividades más cotidianas pero también puede generar la aparición de infecciones y, en consecuencia, aumentar más el tamaño del linfedema. Según un estudio realizado por la Federación Española de Cáncer de Mama (FECMA), una de cada cuatro mujeres con cáncer de mama acabará desarrollando linfedema en el brazo, un problema que puede repercutir muy negativamente en su calidad de vida.
Carolina García tenía 29 años cuando le diagnosticaron un cáncer de mama. Era el año 2005 y en el departamento de Fisioterapia de la Escuela de Fisioterapia de la UAH se ponía en marcha un proyecto de investigación subvencionado por el Instituto de Salud Carlos III que pretendía demostrar que el tratamiento fisioterapéutico precoz podía prevenir o al menos retrasar la aparición del linfedema tras la cirugía mamaria con linfadenectomía.
María Torres Lacomba, una de los responsables de la UDAIF, explica en qué consiste el proyecto de investigación: “se configuraron de forma aleatoria dos grupos con 120 pacientes a las que seguimos durante un año. Uno de ellos, al que pertenece Carolina, lo denominamos grupo de intervención precoz. A estas mujeres se les aplicó la fisioterapia inmediatamente después de la intervención quirúrgica, es decir, empezamos a aplicar fisioterapia mediante movimientos y masaje drenaje linfático para tratar las secuelas de la intervención quirúrgica entre tres y un máximo de seis días después de la operación, incluso antes de que les quitaran los puntos de sutura. Al mismo tiempo les dimos pautas (educación terapéutica) para que aprendieran a cuidar y mimar su brazo y evitar así el riesgo de aparición de linfedema. El otro grupo, al que denominamos grupo control, sólo recibió educación terapéutica y no recibieron fisioterapia. Lo que ha demostrado nuestro estudio es que entre las mujeres tratadas con fisioterapia hay cuatro veces menos riesgo de que aparezca el linfedema y, cuando lo hace, surge de forma más tardía”.
El tratamiento se hace en el momento más crítico para la paciente. “Después de la intervención, por muy conservadora que sea, las mujeres sólo ven una cicatriz. Además, todas las sensaciones son nuevas. Por eso, venir a fisioterapia durante las tres primeras semanas posteriores a la operación, cuando están en pleno proceso de recuperación, no sólo supone un apoyo físico, sino también emocional. Las pacientes vienen tres días a la semana durante tres semanas, hasta que les dan el diagnóstico de anatomía patológica, y después se les hace un seguimiento cada tres meses, por si aparece linfedema. Si es así, les aplicamos el tratamiento fisioterapéutico que se ha demostrado más efectivo para reducir el linfedema y, a continuación, las derivamos al Hospital Universitario Príncipe de Asturias para su seguimiento en el servicio de Fisioterapia”, explica Torres. La UDAIF atiende en la actualidad a 239 pacientes.