El mayor estudio realizado en el mundo sobre el efecto de la contaminación atmosférica en las mujeres embarazadas y su descendencia muestra una relación entre la exposición y el bajo peso al nacer. El trabajo ha analizado más de tres millones de nacimientos de nueve países de América, Europa, Asia y Australia.
Desde hace años los expertos han estudiado las posibles consecuencias de la exposición a compuestos contaminantes –como los que emiten los vehículos, la calefacción y las plantas generadoras de energía– en determinados grupos de riesgo, como mujeres embarazadas.
Ahora, una investigación liderada por el Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental (CREAL) de Barcelona revela que las madres expuestas a la contaminación del aire por partículas en suspensión de menos de 2,5 y 10 micras (PM2.5 y PM10) son significativamente más propensas a tener hijos con un bajo peso al nacer (inferior a 2,5 kg).
El estudio, el más grande realizado en el mundo hasta la fecha, analiza los datos recopilados de más de tres millones de nacimientos de nueve países de América del Norte, América del Sur, Europa, Asia y Australia.
Los autores concluyen que en los lugares con mayor tasa de contaminación, mayor es la tasa de bebés con un bajo peso al nacer.
“El bajo peso al nacer está asociado con consecuencias graves para la salud, como un mayor riesgo de morbilidad y mortalidad perinatal y problemas crónicos de salud en la edad adulta”, señala Payam Dadvand, primer autor del artículo.
El trabajo, dirigido por Tracey Woodruff J., investigadora de la Universidad de California, y Jennifer Parker, del Centro Nacional de Estadísticas de Salud (ambos en EE UU), señala que lo realmente significativo es que estos son los niveles de contaminación del aire a la que suele estar expuesta prácticamente toda la población mundial.
Europa, más permisiva con la contaminación
La contaminación de partículas de aire se mide en tamaño (micras) y peso (microgramos por metro cúbico). En EE UU, las regulaciones federales requieren que no se superen al año los 12,0 microgramos por metro cúbico (µg/m3) de partículas de tamaño inferior a 2,5 micras.
Sin embargo, en la Unión Europea el límite es de 25 µg/m3, por lo que las agencias reguladoras están debatiendo sobre ello. "Este estudio llega en el momento adecuado para llevar el asunto a la atención de los políticos", remarca Mark Nieuwenhuijsen, investigador en el CREAL.
De hecho, las partículas contaminantes del aire en Pekín (China) han sido recientemente superiores a 700 µg/m3. Por ello, Nieuwenhuijsen alerta que "desde la perspectiva de la salud mundial, los niveles de este tipo son, obviamente, totalmente insostenibles".
Este estudio ha sido financiado con fondos de la Agencia de Protección Ambiental y el Instituto Nacional de Ciencias del Medio Ambiente de EE UU, el Fondo Wellcome del Reino Unido, y el Ministerio de Ciencia e Innovación de España.
Referencia bibliográfica:
Payam Dadvand, Jennifer Parker, Michelle L. Bell, Matteo Bonzini, Michael Brauer, Lyndsey A. Darrow, Ulrike Gehring, Svetlana V. Glinianaia, Nelson Gouveia, Eun-hee Ha, Jong Han Leem, Edith H. van den Hooven, Bin Jalaludin, Bill M. Jesdale, Johanna Lepeule, Rachel Morello-Frosch, Geoffrey G. Morgan, Angela Cecilia Pesatori, Frank H. Pierik, Tanja Pless-Mulloli, David Q. Rich, Sheela Sathyanarayana, Juhee Seo, Rémy Slama, Matthew Strickland, Lillian Tamburic, Daniel Wartenberg, Mark J Nieuwenhuijsen, Tracey J. Woodruff. “Maternal Exposure to Particulate Air Pollution and Term Birth Weight; A Multi-Country Evaluation of Effect and Heterogeneity”. Environmental Health Perspectives. http://dx.doi.org/10.1289/ehp.
La publicación de este informe coincide con la celebración en 2013 del Año del Aire, organizado por la Comisión Europea.
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