Los niños están expuestos a diversas amenazas ambientales que pueden afectar a su salud en las primeras fases de la vida, pero también en su juventud y etapa adulta. Científicos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de la Universidad de Boston sugieren que tanto los países industrializados como los países en vías de desarrollo deben evaluar la carga ambiental de las enfermedades infantiles para mejorar el entorno de los niños.
Un reciente informe de la OMS estima que casi una de cuatro enfermedades tiene una causa ambiental. Estos niveles de enfermedad matan a más de diez millones de niños al año y son, en palabras del equipo investigador, “inaceptables”. Los expertos señalan que los peligros ambientales se están multiplicando debido al cambio ambiental, al rápido crecimiento de la población, a la superpoblación y a la contaminación incontrolada por la rápida industrialización de muchas regiones.
Estos factores ambientales que tienen asociada la mayor carga de enfermedad provocan enfermedades diarreicas, infecciones del tracto respiratorio inferior y malaria, así como malnutrición, intoxicación y trastornos perinatales.
Los investigadores subrayan que “ahora hay que trabajar para distinguir las principales amenazas ambientales que afectan a la salud de los niños de modo que las naciones puedan identificar los diversos factores y abordarlos mediante el remedio y la educación a través de decisiones mejor informadas a la hora de establecer las políticas”.
Los factores como la contaminación del aire interior y exterior, las aguas contaminadas, la falta de una higiene adecuada, los peligros químicos u tóxicos, los vectores de enfermedades, la radiación ultravioleta y los ecosistemas degradados son factores de riesgo ambientales importantes que afectan a los niños de todo el mundo.
“Los niños son más vulnerables que los adultos a riesgos ambientales porque son más activos y por lo tanto respiran más aire, consumen más alimentos y beben más, en comparación con el peso, que los adultos. El sistema nervioso central en desarrollo del niño, los sistemas inmunitarios, reproductivo y digestivo son también más susceptibles de sufrir un daño irreversible por toxinas y contaminantes”, explican los expertos.
Los investigadores señalan que hay dos importantes factores que influyen en los riesgos ambientales a los que están sometidos los niños y que les diferencian de los adultos. “En primer lugar, los niños juegan y gatean por el suelo, donde están expuestos al polvo y a las sustancias químicas que se acumulan en los suelos y en la tierra. En segundo lugar, tienen menos control sobre su entorno que los adultos, habitualmente son menos conscientes de los riesgos y son incapaces de hacer elecciones para proteger su salud”.
El equipo, formado por expertos del Departamento de Salud Pública y Medio Ambiente de la OMS en colaboración con Tom Hudson de la Universidad de Boston (EE UU), espera que al emprender acciones para abordar todos estos temas se reduzca en última instancia la carga de enfermedad que afecta globalmente a los niños, y así contribuir a la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM).
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Referencia bibliográfica:
Maria Neira, Fiona Gore, Marie-Noël Bruné, Tom Hudson, Jenny Pronczuk de Garbino. "Environmental threats to children’s health - a global problem". International Journal of Environment and Health, 2, 276-292, 2008
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