La Agencia Europea de Sustancias y Preparados Químicos inicia sus actividades en junio

El próximo 1 de junio la Oficina Europea de Productos Químicos (ECB) delegará sus obligaciones en la recién creada Agencia Europea de Sustancias y Preparados Químicos (ECHA), que tendrá su sede en Helsinki (Finlandia) y se ocupará de gestionar los procesos de registro, evaluación, autorización y restricción de las sustancias químicas. Su labor garantizará un marco de referencia normativa y coherencia en todo el territorio de la Unión Europea.

Durante los últimos quince años, la ECB, uno de los siete institutos científicos del Centro Común de Investigación (JRC) de la Comisión Europea, se ha ocupado sobre todo de evaluar y controlar los riesgos que presentan las sustancias químicas. La labor de este instituto ha sido fundamental para la elaboración científica y técnica de las propuestas de la Comisión dirigidas a actualizar la lista de sustancias peligrosas respecto a las cuales se ha acordado una clasificación y un etiquetado armonizados en la Comunidad, así como la actualización de los criterios de clasificación.

El inventario oficial de la clasificación y el etiquetado de las sustancias peligrosas con potencial toxicológico y ecotoxicológico contiene unas 3.400 entradas, que corresponden a 7.900 sustancias aproximadamente. Mientras estuvo en pleno funcionamiento, la ECB coordinó numerosas actividades, por ejemplo presidió más de 400 reuniones con las autoridades competentes de los Estados miembros y otras instituciones para ayudarles a alcanzar un consenso.

En los últimos cinco años la oficina trabajó en la ejecución de un sistema de gestión en línea, así como en la archivación de todo el material correspondiente a la nueva normativa sobre sustancias químicas (REACH) que entró en vigor el 1 de junio de 2007. El sistema de gestión tiene actualmente 8.400 usuarios registrados y ha sido descargado alrededor de 6.900 veces por usuarios de todo el mundo.

El principal objetivo de REACH, que a partir de ahora será gestinado por la ECHA, es mejorar la salud humana y el medio ambiente, impulsando al mismo tiempo la competitividad general de la industria química. Otro de sus objetivos es mejorar la comunicación y la gestión de riesgos a lo largo de toda la cadena de suministro de sustancias químicas, y sustituir los preparados especialmente peligrosos por alternativas más seguras. Estos procesos relativos a la normativa REACH tienen por objeto proporcionar más información sobre las sustancias químicas y garantizar un uso más seguro de las mismas.

Básicamente, REACH sustituye a cuarenta leyes independientes con una normativa más eficiente y mejorada. Continuarán en vigor otras leyes sobre sustancias químicas a las que no sustituye REACH, como las relativas a los productos cosméticos y los detergentes o las leyes sobre aspectos conexos de la salud y la seguridad de los trabajadores que manipulan sustancias químicas, la seguridad de los productos o los productos de la construcción. La normativa REACH ha sido diseñada para no duplicar ni entrar en conflicto con el resto de la legislación sobre sustancias químicas.

Fuente: SINC/CORDIS
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