El Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Salamanca (Irnasa) investiga desde hace años el parásito Schistosoma bovis, que afecta al ganado vacuno y ovino. Este gusano sólo causa patologías leves y puede pasar incluso desapercibido, pero un estudio ha revelado que afecta al 25% de las ganaderías de toros de lidia de la provincia de Salamanca.
El científico del Irnasa (perteneciente al CSIC) Eduardo de la Torre Escudero ha explicado a DiCYT que uno de los aspectos que más llama la atención de los científicos es que el parásito sea capaz de sobrevivir "en contacto con la sangre del hospedador sin ser eliminado". En concreto, se encuentra en las venas del intestino y debe desarrollar mecanismos defensivos sin alterar el sistema vascular del animal.
Sin embargo, lo que causa daños al organismo hospedador no es el propio gusano, sino más bien los huevos que deposita, que se pueden alojar en ciertos tejidos y causar daños hepáticos y daños en el intestino, con problemas como leves como diarreas que en casos muy graves pueden desembocar incluso en la muerte del animal, aunque es muy poco frecuente.
El interés de los científicos del Irnasa se centra en identificar los mecanismos del parásito que le permiten sobrevivir en el torrente sanguíneo del animal sin ser atacado por su sistema inmune. Identificar las proteínas clave en este proceso ayudaría a encontrar una vacuna, que también podría beneficiar a los humanos, ya que otras especies de esquistosomas causan patologías graves a personas de África, Asia y Sudamérica.
Lo más habitual es que se trate de patologías que incluso pasan desapercibidas. De hecho, en la toma de muestras en las ganaderías de toros de lidia salmantinas, los investigadores detectaron la presencia del parásito, pero con una intensidad muy variable, ya que los efectos del parásito a veces sólo se observan a largo plazo, después de años.
"Queremos analizar e identificar las proteínas de la superficie externa del parásito", señala Eduardo de la Torre, es decir, en el tegumento, ya que son las que están en contacto con el hospedador y, por lo tanto, las que tienen la clave de esa particular relación que establece con él. "Si conseguimos eliminar los mecanismos defensivos del parásito, podemos tener una diana para posibles vacunas", es decir, haber identificado un grupo de proteínas sobre las que actuar.
Un aspecto muy importante de la investigación es que puede ser trasladable a la especie de esquistosoma que afectan al ser humano, ya que son "análogos inmunológicos", de manera que avanzar en el conocimiento de las esquitosomiasis en animales también supone hacerlo en las esquitosomiasis humanas.
En este sentido, el equipo del Irnasa trabaja desde hace años en esta línea de investigación y ya ha obtenido resultados interesantes que se han traducido en la publicación en revistas científicas de trabajos sobre eel papel de algunas de las proteínas implicadas en el proceso.