Un grupo de investigación de los departamentos de Fisiología y Farmacología de la Universidad de Salamanca, coordinados por José Miguel López Novoa e integrados en la red de Investigación en Enfermedades Renales (RedinRen) del Instituto de Salud Carlos III, ha demostrado que el comienzo del daño renal inducido por la obstrucción ureteral en ratones está relacionado con la activación de un grupo de proteínas denominadas Ras.
Los resultados del estudio, que han sido recogidos por la revista Kidney International, órgano oficial de la Sociedad Internacional de Nefrología y la publicación con más prestigio y tradición en este campo, abren nuevas perspectivas terapéuticas en la prevención o reversión del daño renal asociado a las obstrucción de las vías urinarias, según la información de la Universidad de Salamanca recogida por DiCYT.
Las proteínas Ras pertenecen a una gran familia de las GTPasas, que conectan las señales extracelulares con el interior de las células y participan en sus vías de señalización. Estas vías se han relacionado fundamentalmente con la proliferación celular, la supervivencia y la regulación de la apoptosis o muerte celular programada. Los científicos de la Universidad de Salamanca han demostrado que el tratamiento en ratones con inhibidores de estas vías de señalización es capaz de prevenir muchas alteraciones del riñón obstruido, como la apoptosis de las células tubulares, la proliferación de miofibroblastos y la expresión de moléculas de matriz extracelular, como colágenos o fibronectina.
Antitumorales
La importancia de los resultados radica principalmente en su aplicación, debido a que hoy en día la investigación del área se centra en el desarrollo de fármacos que permitan bloquear estas vías de señalización para su uso como antitumorales. La obstrucción de las vías urinarias es una patología relativamente común en la infancia debido a malformaciones congénitas y en la edad adulta causada por cálculos renales, tumores abdominales o hipertrofia prostática. La obstrucción de las vías urinarias, denominada uropatía obstructiva, produce hidrofrenosis y reducción de la función renal.
Aun cuando la liberación de la obstrucción permite recuperar la función renal, en los casos en que la obstrucción ha durado mucho tiempo y se ha producido una obstrucción crónica la recuperación no será completa, ya que se habrán producido una serie de cambios estructurales, atrofias y daños que pueden seguir progresando a pesar de la eliminación de la obstrucción.
El estudio ha sido desarrollado por Ana Belén Rodríguez de la Peña, María Teresa Grande, Miguel Arévalo, Nélida Eleno, Carmen Guerrero, Eugenio Santos y José Miguel López Novoa como coordinador, en colaboración con investigadores del Departamento de Anatomía e Histología Humanas y del Centro de Investigación del Cáncer de la Universidad de Salamanca.