El estudio aparece en el número de este mes de `Personal and Ubiquitous Computers´

Investigadores catalanes crean una habitación inteligente

Una sala con 85 micrófonos y ocho cámaras que funcionan como ojos y oídos de una cabeza parlante proyectada capaz de reconocer al interlocutor y girarse hacia su posición. El proyecto de estos investigadores de la Universidad Politécnica de Catalunya (UPC) acerca un poco más la utopía de interactuar con las máquinas de un modo humano.

Investigadores catalanes crean una habitación inteligente
La habitación inteligente vista desde cuatro de sus cámaras. Foto: UPC / SINC.

La investigación de la Universidad Politécnica de Catalunya (UPC) que ha conducido al diseño de esta habitación trata de cambiar, en primer lugar, la forma en que interactuamos con los ordenadores. De acuerdo con Josep Ramón Casas, investigador implicado en el proyecto, “el clásico interfaz computacional está dado por una pantalla, un teclado y un ratón. De algún modo, el teclado y el ratón son los métodos de introducir información en el sistema; la pantalla o los altavoces, en cambio, es como el sistema nos devuelve la información que buscamos”.

En esta sala, esa interfaz está generada mediante un sistema más parecido al que utilizamos los humanos. “Con otro humano no nos relacionamos con una pantalla, un teclado y un ratón sino que hablamos con una persona, nos ve y reacciona del modo adecuado, bien pues la sala funciona así” afirma Casas. Las cámaras y los micrófonos de la “habitación inteligente” se comportan como sensores, por tanto, la sala puede ver y escuchar lo que ocurre dentro y, según el investigador “cuando se le pide algo, la sala reacciona”.

La salida en este caso se realiza por medio de un talking head (cabeza parlante) que se dirige a la persona que ha hecho la pregunta y le responde con la información precisa que se le solicita. “Es un busto parlante proyectado con sintetizador que se mueve de acuerdo como habla; es como si fuera un secretario. La mirada del busto parlante se gira y se dirige a la persona de quien ha hecho la pregunta”, informa a SINC Josep R. Casas.

La habitación, pese a sus prometedoras perspectivas, no es una “casa de ciencia ficción. O al menos, no es ese el proyecto que se ha llevado a cabo el la UPC. A través de este interfaz, la sala “puede hacer lo mismo que puede hacer cualquier ordenador, es decir, no puede hacer nada físico pero sí proporciona información. La sala” argumenta Josep Ramón Casas, “no se comporta como un criado, sino que obtenemos respuestas parecidas a las que obtendríamos de un ordenador”.

Otra de las particularidades que ofrece este proyecto es que la respuesta de la “cabeza” cambia en función del número de gente que haya en la sala. La cabeza parlante tiene también nociones de buena educación: si hay una sola persona en la sala, se entiende que la información proyectada por los altavoces sólo la va a escuchar esa persona, y que por tanto no molesta. Pero si hay varias personas en la sala, explica Casas, “ésta se comporta de un modo educado y evita intervenir cuando las personas están hablando, y cuando alguien le pide información le da información a éste sin molestar a los demás”.

Según indican los investigadores en el trabajo publicado este mes por `Personal and Ubiquitous Computers´, la sala inteligente aplicada a un entorno educativo funciona de la siguiente manera: cuando la gente entra en la sala, a través de la “detección multimodal” comienzan la percepción y el análisis de los individuos. Durante el desarrollo de una clase, la sala interviene cuando un alumno levanta su mano, alertando al profesor; cuando éste se marcha del recinto, se emite automáticamente un mensaje pre-grabado; cuando los estudiantes tardan demasiado en terminar una tarea, el cronómetro de la sala se percata y emite otro mensaje pre-grabado. Por último, cuando los alumnos se marchan, la sala se despide de ellos con un mensaje de adiós o instrucciones complementarias (para salir del edificio o con los ejercicios que deben realizar en casa para esa asignatura).

Esta aplicación, llamada Memory Jog fue desarrollada por primera vez en 2004 en su versión “meeting latecomer” (la sala proporciona información cuando alguien entra). A partir de éste se desarrollaron “teaching environment” (el que se menciona en el artículo) y por último un demostrador llamado “journalists scenario”, basado en Memory Jog y que plantea una sala de redacción en lugar de una clase.

Pese a estos esfuerzos, el objetivo de estos investigadores no es tanto crear un concepto de hogar futurista sino evaluar los mecanismos que sigue el software para comprender lo que está viendo. Josep Ramón Casas habla por sus compañeros al afirmar que “nosotros no somos especialistas en inteligencia artificial, sino que utilizamos la sala como entorno de análisis, es decir, cómo la sala entiende lo que ocurre dentro, que es en lo que se basa nuestro trabajo”.

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Referencia bibliográfica:

Neumann, Joachim. Casas, Josep Ramón. Macho, Dusan. Ruiz Hidalgo, Javier. “Integration of audiovisual sensors and Technologies in a smart room”. Personal and Ubiquitous Computers. ISSN 1617-4909. Volumen 13 nº 1, enero 2009, páginas 15-23.

Fuente: SINC
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