El artículo se publica en el último número de la revista ‘PNAS’

Identifican un gen que protege al cerebro de la ansiedad y el estrés

Un equipo del Instituto Cajal del CSIC ha descubierto que el gen de la adrenomedulina protege el cerebro de la ansiedad y el estrés. Los científicos observaron en ratones que aquellos a los que se había suprimido este gen tenían más ansiedad y presentaban movimientos estereotipados, característicos del síndrome obsesivo-compulsivo.

Identifican un gen que protege al cerebro de la ansiedad y el estrés
Uno de los ratones del estudio realizando una prueba de coordinación motora. Fuente: CSIC.

Un equipo del Instituto Cajal del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de Madrid, ha descubierto que el gen de la adrenomedulina protege el cerebro de la ansiedad y el estrés. Los científicos observaron en ratones que aquellos individuos a los que se había suprimido este gen del sistema nervioso central se movían más que sus hermanos normales, pero con una mala coordinación motora. Los animales modificados genéticamente tenían más ansiedad y presentaban movimientos estereotipados, característicos del síndrome obsesivo-compulsivo.

Los autores del estudio, que aparece esta semana en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias estadounidense (PNAS), utilizaron una batería de pruebas de comportamiento para entender el funcionamiento del cerebro de los ratones a los que les faltaba la adrenomedulina. Los resultados obtenidos indican que la ausencia de este gen hace que las neuronas de áreas concretas del cerebro tengan un citoesqueleto más rígido, lo que tiene consecuencias perjudiciales en el comportamiento animal. Los animales que carecen de adrenomedulina cerebral son mucho más sensibles a los agentes que dañan el cerebro.

El investigador del CSIC que ha dirigido el trabajo, Alfredo Martínez, añade un dato sorprendente: “Curiosamente, muchos de los defectos psicológicos observados en los ratones sin adrenomedulina se corrigen con la edad, de manera que en individuos de más de seis meses [unos 30 años en humanos] no se aprecian diferencias en animales con o sin el gen”. Todo indica que tiene que haber un mecanismo de compensación dependiente de la edad responsable de esta normalización.

Los investigadores habían descrito con anterioridad que el cerebro en condiciones normales presenta niveles altos de adrenomedulina. Estos niveles aumentan en situaciones de daño cerebral. Los trabajos realizados hasta ahora por este equipo indican que la adrenomedulina es un factor que protege al cerebro tanto frente a las agresiones externas (isquemias, traumatismos, etc.), como a las internas (exceso de estrés y ansiedad).

“En la actualidad, estamos trabajando en la búsqueda de sustancias de aplicación farmacológica que puedan aumentar la acción de la adrenomedulina cerebral y, de ese modo, poder frenar el daño producido por el estrés y la ansiedad excesiva”, explica Martínez.

Técnicas de ingeniería genética

Los autores tuvieron que sofisticar para este trabajo las técnicas empleadas, dado que la eliminación completa del gen de la adrenomedulina en ratones provoca la muerte de los embriones a los 14 días de vida intrauterina. Para evitarlo, los investigadores eliminaron el gen del sistema nervioso central y lo dejaron intacto en el resto del organismo, lo que exigió la utilización de complejas técnicas de ingeniería genética.

Fuente: CSIC
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