Uno de los retos de la Asociación Autismo Burgos es proporcionar un futuro con calidad de vida para las personas con esta discapacidad. El sueño está más cerca ya que han conseguido habilitar una vivienda informatizada, convertida en hogar, que albergará a 12 personas adultas con autismo.
La Casa del Olivo, que así se llama el lugar, cuenta con todo tipo de innovaciones tecnológicas para facilitar su autonomía y promover la independencia de los usuarios. El Instituto de Robótica de la Universidad de Valencia y la Universidad de Birmingham colaboran con la Asociación Autismo Burgos desde hace más de 8 años para proporcionar programas que ayudan a las personas con esta discapacidad a organizar el espacio y anticiparse a las situaciones de la vida, con el fin de garantizar una mayor autonomía.
“Ellos estudian y nosotros experimentamos, después vamos conjugando el conocimiento y la práctica”, apunta José Luis Cuesta, el responsable de Servicios para adultos de Asociación Autismo Burgos. Esta tecnología consiste en la instalación en la Casa del Olivo de un sistema de control, detección y seguridad, así como la integración de las nuevas tecnologías de la información para mejorar la comunicación entre usuarios y los trabajadores que les acompañan, facilitar la comprensión del entorno y favorecer su autonomía, además de posibilitar la mejora de la gestión integral del servicio de viviendas.
La incorporación de estos sistemas en la puesta en marcha del servicio de viviendas permite, no solo garantizar la seguridad, sino, a través de adaptaciones específicas, compensar al máximo los déficits que presenta este colectivo: comunicación, planificación del tiempo, comprensión del entorno y resolución de problemas, entre otros. Estas herramientas facilitan la autonomía de los habitantes. “A través de la domótica se favorece que tengan más independencia, gracias a un sistema de avisos al ordenador central, pueden comprobar si uno de los usuarios de la casa se ha levantado o si ha abierto alguna puerta”, explica José Luis Cuesta.
Además, la Casa del Olivo cuenta con nuevas tecnologías aplicadas a las personas con autismo. “Con pantallas táctiles, trabajando con pictogramas, ellos muestran cómo se encuentran –enfermos, contentos, cansados, tristes…-, y qué actividad quieren realizar en ese momento y a lo largo de una semana”, detalla Cuesta. “Es un sistema sencillo que les permite tocar y mover fotos a través del lenguaje visual”. Además, otras pantallas táctiles ayudan a los usuarios de la vivienda a “entender que hay momentos que hay que esperar, con un reloj visual”.
Del mismo modo, se ha pretendido construir un edificio respetuoso con el medio ambiente, que en su funcionamiento diario causase el mínimo impacto ecológico y que responda, en términos de sostenibilidad. En este sentido, la vivienda se ha equipado con captadores de energía solar térmica, así como de sistemas de iluminación de bajo consumo y de ahorro de agua, junto con un modelo de calefacción novedoso que capta energía de subsuelo y nos permite ahorrar en consumos y reducir las nocivas emisiones de CO2.