A medio camino entre la investigación científica y la humanística, el grupo de Estudios Avanzados en Historia de la Salud y de la Medicina de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche, que dirige la profesora Rosa Ballester Añón, estudia las repercusiones científicas, profesionales y sociales de las epidemias de poliomielitis en la España del siglo XX, desde los brotes epidémicos de los años veinte, hasta la virtual desaparición de la enfermedad a partir de las campañas de vacunación masiva llevadas a cabo desde 1963. Este trabajo está coordinado con otras cuatro universidades españolas y la Universidad de Coimbra (Portugal).
El grupo de Ballester tiene varias líneas prioritarias de investigación y entre ellas destaca la Historia de las Discapacidades, en la que se incluye la Historia de la Poliomielitis. Los estudiosos de la UMH están integrados en una red europea y trabajan con investigadores británicos y nórdicos. El equipo de la UMH pretende celebrar un encuentro europeo para poner en común estrategias y metodologías en fechas próximas.
El proyecto, subvencionado por la Dirección General de Investigación del Ministerio de Ciencia, analiza el desarrollo histórico de los conocimientos virológicos, clínicos y epidemiológicos de la enfermedad, su distribución geográfica, las clases sociales mas afectadas, los recursos empleados por parte de la sanidad pública y privada, así como el papel desempeñado por las epidemias de poliomielitis en el desarrollo de especialidades médicas como la Rehabilitación y de nuevas profesiones sanitarias como la Fisioterapia y la Terapia Ocupacional. Otro de los objetivos de este grupo es analizar las diferentes técnicas paliativas empleadas para los enfermos como las terapias físicas y farmacológicas de todo tipo.
El régimen político instaurado tras la Guerra Civil imprimió características propias a la forma de difundir, en los foros sanitarios internacionales, los logros y aportaciones españolas en la lucha sanitaria frente a la enfermedad y el modo de enfocar las campañas vacunales, como una forma de legitimación de sus políticas frente al asilamiento exterior, sobre todo en las décadas de 1940 y 1950, periodo que coincide con las tasas mas elevadas de la enfermedad (2.132 casos de las formas paralíticas en 1959).
Por ello, una parte sustancial del proyecto está consagrada al análisis de los sistemas de propaganda institucional (posters, uso del NO-DO, documentales, cuñas radiofónicas, folletos) y su significado.
La poliomielitis ocupa un lugar muy destacado entre las enfermedades del siglo XX y posee unas peculiaridades bien definidas como su potente poder simbólico que impregna y, a la vez, es impregnado por la literatura, el cine y la cultura del siglo pasado. La percepción de la poliomielitis, en las décadas centrales de esa época como ‘enfermedad de la civilización’, que afectaba a los países sanitariamente más avanzados, confirió a dicha enfermedad una identidad muy peculiar con respecto a otras patologías infecto-contagiosas, ya que ni la población afectada eran las clases sociales más desfavorecidas, ni las estrategias sanitarias usualmente empleadas parecían tener aquí ningún efecto. El 21 de junio de 2002 la Región Europea fue declarada libre de polio.
La historia de la enfermedad es también historia del paciente y de su perspectiva sobre la misma. En España, el estudio de la poliomielitis se ha visto condicionado por unas fuentes fundamentalmente oficiales y científicas que difícilmente transmiten el impacto cultural que tuvo la enfermedad. Para recuperar la dimensión vivencial de la enfermedad es preciso recurrir a los testimonios de las personas afectadas y rescatarlos como fuentes orales.
El proyecto trata de reconstruir diferentes aspectos de la experiencia de la enfermedad a partir de las historias de vida, en el caso de quienes padecieron la poliomielitis. Desde las consideraciones sobre el núcleo familiar y de convivencia, las reacciones ante la aparición de la enfermedad, la percepción de la actuación de los profesionales sanitarios, los recursos terapéuticos oficiales y no oficiales, la experiencia del ingreso hospitalario, el papel de la familia en la rehabilitación, las expectativas individuales y familiares, la integración en la vida cotidiana y las estrategias de reivindicación de derechos que ha experimentado un importante impulso en los últimos años con la creación de sociedades de afectados por el síndrome post-polio, que incide sobre algunos de los supervivientes entre los 10 a 40 años posteriores a la recuperación del brote agudo de la enfermedad.