Los corrimientos de tierras de sedimento (arcilla y arena) pueden moverse a una velocidad muy superior bajo el agua que sobre ella y cruzar así el fondo de los océanos a más de 100 kilómetros por hora. Éstas son las conclusiones del profesor Anders Elverhoi, de la Universidad de Oslo, que ha dedicado los últimos diez años al estudio de los corrimientos de tierras submarinos.
"La velocidad de los corrimientos de tierras puede compararse al tren de alta velocidad del aeropuerto de Oslo: el corrimiento 'flota' prácticamente sin contacto con el lecho marino", afirmó el Profesor Anders Elverhoi del Departamento de Geociencias de la Universidad de Oslo a la revista de investigación Apollon.
Para poder revelar los secretos relativos a los corrimientos de tierras submarinos, Elverhoi y el Dr. Carl Harbitz, del Centro Internacional de Peligros Geológicos, han colaborado con investigadores estadounidenses en el Laboratorio de St. Anthony Falls en EE.UU.
Los investigadores han imitado un corrimiento de tierras en un pequeño tanque con una inclinación de seis grados. Una serie de cámaras avanzadas de alta velocidad han documentado el experimento, tomando 250 imágenes de video por segundo. Se ha investigado la naturaleza física fundamental de los corrimientos de tierras y, más específicamente, cómo se distribuyen las partículas y cuál es su efecto mutuo.
Los resultados de este experimento se han utilizado para crear un modelo matemático de un gran corrimiento de tierras en el mar. Sin embargo, los corrimientos de tierras submarinos presentan paradojas en relación a la velocidad a la que se mueven y la cantidad de tierra que se desplaza.
"Una de las paradojas es cómo unas cantidades tan enormes de sedimentos pueden moverse a una velocidad tan grande. La otra paradoja es que los corrimientos de tierras recorren grandes distancias, incluso si el ángulo de inclinación es pequeño", indicó Anders Elverhoi.
Experimentos con hidroplaneo
Los científicos noruegos y estadounidenses han realizado diversos experimentos para demostrar que los corrimientos de tierras de sedimentos se desplazan a mayor distancia en agua que en el aire. Para ello, han estudiado un fenómeno denominado 'hidroplaneo' que genera presión inicial en la parte frontal del corrimiento de tierras, que apunta hacia arriba y se desplaza por encima de una fina capa de agua, apenas en contacto con el lecho marino.
Según los científicos, este fenómeno genera menos resistencia y puede advertirse especialmente en corrimientos de tierras con un alto contenido de arcilla marina, como sucedió en el corrimiento de tierras Storegga frente a la costa oeste de Noruega.
Se estira y se divide en dos
Gracias a los experimentos realizados por el laboratorio estadounidense, Anders Elverhoi ha calculado que la parte frontal del corrimiento de tierras Storegga se desplazó a una velocidad entre tres y cuatro veces mayor que la parte de atrás.
"Cuando se estira un corrimiento de tierras, la masa se distribuye a lo largo de grandes distancias. El efecto es análogo a una cola de automóviles que se dispersa. Los automóviles de la parte delantera se abalanzan hacia delante, mientras que la cola continúa bloqueada detrás", explicó el investigador noruego.
Durante el estiramiento, el agua se mezcla en el corrimiento de tierras. Ello causa una reducción de la “resistencia interior” del corrimiento de tierras, lo que hace que éste se mueva a mayor velocidad.
La combinación del hidroplaneo en la parte delantera, los alargamientos del corrimiento y la mezcla de agua en el corrimiento de tierras, está relacionada con la velocidad y la distancia a la que viaja el corrimiento. Esto da lugar también a unos resultados que los propios científicos no habían previsto, que el corrimiento de tierras submarino encuentre una resistencia acumulada menor que la que experimentaría un corrimiento de tierras en el aire.
Elverhoi explicó que "en ciertos casos, el alargamiento es tan grande en el corrimiento de tierras, que la parte frontal del mismo se escapa de la parte trasera. En esos casos, el corrimiento de tierras se divide en dos".
Visión de futuro
En la actualidad, los investigadores aseguran que únicamente se dispone de imágenes de la superficie de los corrimientos de tierras. “No estamos seguros de que la superficie del corrimiento de tierras represente lo que está sucediendo en realidad dentro del mismo. Para conocer esto con certeza, creemos que es necesario realizar investigaciones sobre el movimiento de partículas dentro de los corrimientos de tierras”, afirmaron.
El próximo proyecto de investigación de Elverhoi y su equipo consistirá principalmente en comprender los mecanismos que llevan a la arena y la arcilla a aguas más profundas para gestionar mejor la seguridad de las instalaciones submarinas. “Ese conocimiento es también importante para aprender qué tipo de conexión existe entre los corrimientos de tierras y los tsunamis, y qué es lo que crea la base para las bolsas de petróleo en el talud continental. Esto no sólo es interesante para Noruega, sino también para todas las organizaciones de prospección petrolífera en otras áreas de océanos profundos, como la costa de Nigeria, Angola y Brasil", señaló Anders Elverhoi.
Corrimientos de tierras antiguos
Curiosamente, el interés de Elverhoi en los corrimientos de tierras submarinos se inició a finales de los años 80, cuando la industria petrolífera necesitaba obtener conocimientos relativos a la ubicación de instalaciones en el lecho marino sin riesgo de que quedaran arruinadas por los corrimientos de tierras.
En los últimos años, la industria petrolífera ha comenzado a buscar petróleo en el talud continental que une la plataforma continental y el océano profundo, un área en la que se han observado "enormes" corrimientos de tierras.
Un ejemplo de ello es el campo de gas natural de Ormen Lange, en el que se produjo el corrimiento de tierras Storegga hace aproximadamente 8.200 años. El corrimiento de tierras dio lugar a una ola de entre 10 y 15 metros de altura, que arrasó un asentamiento de la Edad de Piedra en la costa oeste de Noruega.
Después de la Edad de Hielo se produjo un corrimiento de tierras similar frente a la costa de Bjornoya. El corrimiento se desplazó entre 100 y 200 kilómetros a lo largo del lecho marino, a pesar de que el ángulo de inclinación era de entre medio grado y un grado, siendo esta pendiente no superior a la que existe en Dinamarca.
El primer gran corrimiento de tierra de la época moderna cuyos efectos hayan quedado registrados es el que se produjo frente a la costa de Newfoundland en Canadá en 1929. Los investigadores de aquél momento estudiaron los daños que el corrimiento de 1.000 kilómetros cúbicos originó, por ejemplo, en los cables tendidos en el fondo marino. Los cables fueron demolidos porque el corrimiento se desplazó a una velocidad de entre 60 y 100 kilómetros por hora.