Una investigación llevada a cabo por el grupo de Ciencia y Tecnología de los Suelos de la Universidad de Murcia evalúa la cantidad de material movilizado por el viento y su contenido en metales pesados en balsas de estériles localizadas en La Unión (Cartagena).
Las actividades mineras generan grandes volúmenes de residuos ricos en metales pesados que se mantienen activos durante años después del cese de la actividad. Esto los convierte en potenciales contaminantes de la atmósfera y suelos colindantes. La composición granulométrica de estos residuos (ricos en metales y productos químicos utilizados en el triturado y lavado del mineral) los hace muy susceptibles de ser erosionados por el viento.
A tenor de los resultados, la movilización de las partículas erosionadas por parte del viento está relacionada con factores como la humedad del suelo, la velocidad y frecuencia del viento, así como por las características geomorfológicas de las diferentes balsas de estériles. Los datos obtenidos muestran una alta concentración de metales pesados, especialmente cinc y plomo, lo cual puede generar efectos nocivos en las poblaciones, campos de cultivo y playas colindantes. Destaca la generación de drenajes ácidos mineros que junto con los metales en estado disuelto son descargados en la laguna del Mar Menor.
Al cotejar los valores obtenidos con las legislaciones en la materia, se han encontrado, por ejemplo, que la concentración de plomo (25.000 ppm) es 40 veces superior a la establecida en la legislación holandesa, y diez veces superior en el caso del cinc (30.000 ppm).
Para el desarrollo del estudio, los investigadores han diseñado unos colectores específicos que miden a distintas alturas las direcciones del viento. Se han analizado las muestras de metales pesados totales con la técnica de fluorescencia de rayos X por dispersión de longitud de onda y se ha realizado un análisis granulométrico mediante un equipo de difracción de rayos láser.
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