El mayor observatorio espacial de la historia ya está en su destino final: una órbita en torno al Sol, en línea con la Tierra, mientras gira alrededor de L2, un punto situado a 1,5 millones de kilómetros de nuestro planeta. Una vez alineados sus espejos y calibrados sus instrumentos, este verano ofrecerá imágenes nunca vistas del universo.
Tal y como estaba previsto, este martes, a las 20.00 h (hora peninsular española), el telescopio espacial James Webb (JWST) ha encendido sus propulsores durante casi cinco minutos (297 segundos exactamente) para completar la última corrección en su rumbo, según ha confirmado la NASA.
Esta operación de corrección insertó al Webb en su órbita final alrededor del segundo punto de Lagrange (L2), un lugar idóneo para estabilizar las naves situado a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra. Desde allí, en línea con nuestro planeta, orbitará en torno al Sol.
El último encendido de corrección de la trayectoria solo añadió aproximadamente 1,6 metros por segundo a la velocidad de Webb, pero era todo lo que se necesitaba para enviar a la nave a su órbita alrededor de L2.
“Webb, ¡bienvenido a casa!”, ha comentado el administrador de la NASA, Bill Nelson. “Enhorabuena al equipo por todo su duro trabajo para asegurar la llegada segura de Webb a L2 –añadió–. Estamos un paso más cerca de descubrir los misterios del universo, y estoy impaciente para ver sus primeras nuevas vistas del universo que ofrecerá este verano!”.
Diagrama con la trayectoria del Webb hasta su inserción alrededor del punto L2. / Steve Sabia/NASA Goddard
La órbita del Webb le permitirá una amplia visión del cosmos en cualquier momento, así como la oportunidad de que la óptica del telescopio y sus instrumentos científicos se enfríen lo suficiente como para funcionar y realizar una ciencia óptima y puntera.
El observatorio ha utilizado la menor cantidad posible de propelente para realizar las correcciones en su rumbo mientras viaja hacia el entorno de L2, con el fin de dejar la mayor cantidad posible del combustible restante para las operaciones ordinarias del Webb a lo largo de su vida: mantenimiento de la nave (pequeños ajustes para que permanezca en su órbita) y liberar impulso (contrarrestar los efectos de la presión de la radiación solar en su enorme parasol).
“Durante el último mes, el JWST ha logrado un éxito asombroso y es un tributo a toda la gente que ha pasado muchos años, e incluso décadas, para asegurar el éxito de la misión”, ha señalado Bill Ochs, director del proyecto Webb en el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA, “ahora estamos a punto de alinear los espejos, activar y poner en marcha los instrumentos y dar comienzo a maravillosos y asombrosos descubrimientos”.
Una vez que los segmentos del espejo primario y el espejo secundario del Webb ya han sido desplegados desde sus posiciones de lanzamiento, en los próximos tres meses los ingenieros iniciarán el sofisticado proceso de alineación de la óptica del telescopio con una precisión casi nanométrica. Es la siguiente fase del periodo de comisión o puesta en marcha del observatorio, que finalizará dentro de cinco meses para dar paso por fin a sus esperadas operaciones científicas.